Ciudad Guayana.-“En aquel tiempo, había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él.» Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios.» Nicodemo, le contesta: «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?» Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: Tenéis que nacer de lo alto. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.»
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana.
La Iglesia universal celebra hoy, la fiesta entre otros santos, en honor a San Giuseppe Moscali. Fue un laico ejemplar que vivió entre los siglos XIX y XX, nació en Nápoles, Italia. Médico de profesión, con sus actitudes de servicio y de caridad se ganó el aprecio de sus colegas, pacientes y del pueblo en general, que acrecentaron sus dones de santidad. Una película italiana que lleva su nombre lo presenta como un médico fuera de serie.
Y la liturgia del día nos presenta el Evangelio de Jesucristo, según San Juan capítulo 3, verso 1 al verso 8, donde se narra que Nicodemo, un magistrado que formaba parte del Sanedrín, el supremo tribunal de los judíos, va al encuentro de JESÚS, de noche, no se sabe si por prudencia o cobardía. Nicodemo quiere saber si el Maestro es el Mesías esperado o no. JESÚS, le dice que, para conocer el Reino de DIOS, es necesario un nuevo nacimiento.
Estos términos no entran en la cabeza de Nicodemo, ya que desconoce la profunda transformación que realiza el Espíritu del Señor, al incorporar a las personas a la comunidad, por el llamado y por su ratificación en el Bautismo. Por eso JESÚS lo interpela diciéndole: “¿tú eres maestro de la Ley e ignoras esto? Ya que, el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios”.
Al confrontarnos con el texto, obtenemos dos grandes enseñanzas, la primera de ellas es la de ver a JESÚS, un laico, hombre de pueblo, que está llamando ignorante a un sabio doctor de la Ley. Y nos confronta porque a diario vemos como la gente sencilla comprende integralmente el Proyecto de Vida de JESÚS, que transforma el egoísmo en solidaridad y la indiferencia en compasión. Mientras que letrados y expertos en las Sagradas Escrituras, se cierran a sus enseñanzas y no se comprometen con sus semejantes.
La segunda confrontación es la afirmación del Maestro, de un nuevo nacimiento semejante al biológico, pero al mismo tiempo distinto. Ya que lo decisivo de la experiencia cristiana, es “ser engendrado de arriba o de nuevo”. Lo entenderemos si nos abrimos libremente, con Fe y sin prejuicio de ningún tipo, a Su Mensaje de esperanza y de AMOR, en ese terreno el Espíritu Santo hará su obra y nos transforma en una nueva criatura.
Así entenderemos también que nuestra vida pasada cargada de pecados, esa vida ignominiosa, de lujurias, de ambiciones y de desórdenes, que llevábamos antes de conocer a JESÚS, no nos condena, ni nos condicionan de modo fatalista. Ya que, el Espíritu, como el agua y el viento poderoso y libre, engendra el dinamismo del AMOR, y de la VIDA de DIOS, en nosotros para decirnos constantemente que: “donde abunda el pecado sobreabunda la GRACIA”.
De allí que hoy sea un día para gloriarnos del profundo AMOR, que DIOS, siente por cada uno de nosotros, al invitarnos a nacer de nuevo, teniendo un trato amable con todas las personas que nos encontremos en nuestro camino, que perdonemos cualquier gesto de exclusión, de calumnia que alguno haya hecho contra nosotros, que no profiramos maldiciones ni contra nuestros semejantes, ni contra la situación que estamos viviendo. Si actuamos así, entonces podremos experimentar el Poder Trascendente y libre del Espíritu de DIOS, con el que habremos nacido nuevamente.
Señor JESÚS, danos el discernimiento necesario para entender el significado de Nacer de Nuevo en Tu Espíritu, y poder actuar como criaturas nuevas, sin egoísmo y sin indiferencia, venciendo de esa manera todos los males que nos agobian y construyendo una Nueva Humanidad. Amén
Luis Perdomo
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!