Evangelio del Día. Lucas 10,13-16:

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«En aquel tiempo dijo Jesús: ¡Pobre de ti, Corazaín! ¡Pobre de ti, Betsaida! Porque si los milagros que se han hecho en ustedes se hubieran realizado en Tiro y Sidón, hace mucho tiempo que sus habitantes habrían hecho penitencia, poniéndose vestidos de penitencia, y se habrían sentado en la ceniza.

Con toda seguridad Tiro y Sidón serán tratadas con menos rigor que ustedes en el día del juicio. Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que te elevarás hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el lugar de los muertos. Quien los escucha a ustedes, me escucha a mí; quien les rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» 

  Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

 La Iglesia Universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a Santa Teresita del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, quien nació en Alenzón, Normandía; 2 de enero de 1873, y murió en Lisieux, Normandía el 30 de septiembre de 1897. Entró aún muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia. Fue declarada santa en 1925 y proclamada Doctora de la Iglesia en 1997 por Juan Pablo II.

Y la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO según San Lucas, capítulo 10, del verso 13 al verso 16. En el que se narra una advertencia de JESÚS a tres ciudades, por su rechazo al anuncio del Reino de DIOS. Advertencia que es hecha inmediatamente después de las instrucciones dadas por JESÚS a los setenta y dos discípulos enviados en misión a Samaria,

 Las tres ciudades censuradas en este texto, eran centros del comercio a partir de la navegación en el lago de Galilea, en comunicación con territorios gentiles cercanos. Corazaín y Betsaida se encuentran al norte de Cafarnaúm. Ellos cercaban comunidades judías, con sus sinagogas. Betsaida es la ciudad de Pedro, Andrés y Felipe, y Cafarnaúm es la ciudad donde JESÚS fue a vivir al comienzo de su ministerio, y se convirtió así en el centro de irradiación de sus actividades.

En contraste con ellas, son evocadas ciudades de los gentiles, Tiro y Sidón, de las cuales se podía esperar el arrepentimiento y la conversión. Por lo que puede decirse que, JESÚS, que es rechazado por aquellos que están instalados en el poder religioso y económico, es acogido por los pobres y humildes.

 Es oportuno recordar, que en la Sagrada Escritura del Antiguo Testamento eran comunes las predicciones de los profetas contra naciones o ciudades adversas a Israel o Judá. Durante el ministerio de JESÚS en Galilea y sus alrededores, este es un caso único de censura a ciudades. Y ya para el final de su ministerio, se hará también censura a Jerusalén, identificándola como «la ciudad que mata a los profetas.»

 Al confrontarnos con el texto, vemos que quienes escuchan a los discípulos de JESÚS, lo escuchan a Él y quienes desprecian a los discípulos lo desprecian a Él y también al PADRE que lo envió. El texto insiste en la centralidad de la Escucha de la Palabra de DIOS, como clave segura para ver la instauración del Reino de DIOS en medio de una humanidad sedienta de Justicia y de Paz.

De allí que, la Palabra de DIOS, sigue resonando en nuestro mundo, carente de oídos para escuchar a la Palabra presente en la Sagrada Escritura, que llama a la vida, la equidad y la paz, pero tan dispuesto para escuchar los mensajes que convidan al rechazo y al desprecio de los auténticos valores del Evangelio, para ir en contra de la Vida, promoviendo el aborto, la eutanasia y las uniones entre personas del mismo sexo.

 Por eso es que, escuchando a JESÚS, seremos transformados y convertidos en Su Imagen y Semejanza, para vivir como seres humanos racionales conscientes de nuestra Misión en el mundo, que es la de construir una sociedad fraternal sin explotadores ni explotados, sin enriquecidos, ni empobrecidos, viviendo en armonía y paz, en una comunión de AMOR con el prójimo, con JESÚS y, a través de Él, con el PADRE.

 Señor JESÚS, danos un corazón ligero de equipaje, libre como el viento, capaz de configurarnos Contigo, y con Tu Fuerza Espiritual podamos transformar estas realidades tan injustas en remansos de Paz, donde se respete la dignidad de cada uno y podamos vivir una auténtica Fraternidad. Amén. 

Luis Perdomo

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