En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén.

Ustedes son testigos de esto. Yo les enviaré lo que mi Padre ha prometido; ustedes quédense en la ciudad, hasta que sean revestidos de la fuerza de lo alto.» Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo.

Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

Reflexión del Día

La Iglesia Universal celebra en este Séptimo Domingo de Pascua, el día de la Ascensión del Señor, paso previo para poder recibir al Espíritu en Pentecostés. Esta fiesta se celebra 40 días después de la Resurrección del Señor, por lo que este año correspondió celebrarse el jueves pasado.

Sin embargo, en muchos países, dentro de los que se incluye Venezuela, por razones pastorales se celebra el domingo siguiente, es decir el Séptimo Domingo de Pascua.

Liturgia del Día

La liturgia diaria nos presenta los textos de: Hch 19,1-8; Sal 67; Ef 1,17-23; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Lucas capítulo 24, del verso 46 al 53. En el que relata la Ascensión al Cielo de JESÚS ante la mirada Gozosa de sus discípulos. Dicho Acontecimiento está narrado en los versículos finales de la narrativa lucana.

Para poder tener una mejor comprensión de estas acciones tenemos necesariamente que leer los versículos precedentes, de este mismo capítulo, donde JESÚS los invita a constatar con la vista y con el tacto que es Él mismo, el que había sido Crucificado ahora ha Resucitado y como dudan come en presencia de ellos (Lc 24,39-43).

Una vez que ellos están seguros de que JESÚS Resucitado y que no es una visión, el Maestro les da la capacidad de entender que la actual condición del Mesías Resucitado, responde al Plan Salvífico de DIOS para la humanidad, tal y como está escrito en la Sagrada Escritura (Lc 24,44-46).

Testigos de los acontecimientos

Ellos que han sido Testigos de todos estos Acontecimientos, son constituidos ahora en agentes multiplicadores de la Palabra y tendrán que ir a Anunciar a todo el mundo el perdón de los pecados (Lc 24,47-48).

Sin embargo, la despedida de JESÚS, que se relata en este episodio, lejos de un incidente melancólico por el futuro incierto que se les venía, un momento de Bendición y de enorme Alegría para sus discípulos al ver que su Señor lo elevaron al Cielo.

Ya que, al ser testigos de la Ascensión del Señor, pudieron tener la certeza de que su futuro no era tan incierto, y se dieron cuenta de que Su Pascua y sus miedos junto a los sufrimientos del Señor habían valido la pena y que finalmente la Vida había prevalecido sobre la muerte.

Teniendo claro que la Misión sigue siendo del Resucitado, pero son a sus discípulos a los que les corresponde llevarla a cabo. Y como esta es una Misión que sobrepasa la fuerza humana, el Maestro les promete el envío del Espíritu Santo.

Promesa que en este escrito queda en suspenso, ya que el Evangelista Lucas lo usa como una bisagra narrativa para retomarlo en el Libro de los Hechos de los Apóstoles, donde el Espíritu Santo irrumpe en el corazón de los discípulos y guía la Misión de la Iglesia para que hasta el final de los tiempos den Testimonio del Ser y del Hacer de JESÚS.

Narrativa lucana

Al confrontarnos con el texto, vemos que para la narrativa lucana la Ascensión del Señor, es la Culminación del Itinerario formativo de JESÚS a la comunidad, y el tránsito entre «el tiempo de JESÚS» y «el tiempo de la Iglesia» guiada, animada y fortalecida por el Espíritu Santo, que JESÚS había prometido a sus seguidores.

Por eso es que una vez que la comunidad de creyentes recibe al Espíritu Santo, asume la Misión de continuar el Trabajo de JESÚS de Proclamar el Reino de los Cielos en toda hora y lugar.

Y es que la Ascensión de JESÚS denota el cambio del Resucitado a una nueva manera de Ser, un estado Glorioso, pero siempre histórico, ya que el JESÚS Glorificado sigue Viviendo en medio de la Comunidad a través del Espíritu Santo.

Por eso es que, con la Ascensión del Señor la comunidad de creyentes de todos los tiempos queda configurada, como la comunidad Profética que hereda al Espíritu de JESÚS para continuar Su Misión.

Herederos del Espíritu

Aunque esta celebración quiere volverse un aliciente para todos los herederos del Espíritu que continuamos peregrinando por el mundo, no nos ahorra ni un ápice de trabajo en esta tarea para la cual los llamaron y que aceptamos libremente, de compartir las Buenas Nuevas de Su Evangelio en los distintos entornos donde nos desarrollemos.

Misión que tenemos que asumir con las indicaciones que nos da el texto de hoy: leer la Sagrada Escritura para conocer el Plan Salvífico de DIOS, estar siempre alegres y dispuestos para el servicio y ser asiduos en la oración y en la alabanza a DIOS dentro y fuera del Templo.

Señor JESÚS, Infunde en nosotros la Fuerza de Tu Espíritu para que nunca nos olvidemos que un discípulo Tuyo tiene que leer la Sagrada Escritura, estar siempre alegres y dispuestos a servir, ser asiduos en la oración y en la alabanza a DIOS dentro y fuera del Templo.

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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