Un sábado Jesús había entrado en la sinagoga y enseñaba. Había allí un hombre que tenía paralizada la mano derecha. Los maestros de la Ley y los fariseos espiaban a Jesús para ver si hacía una curación en día sábado, y encontrar así motivo para acusarlo.
Pero Jesús, que conocía sus pensamientos, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y permaneció de pie. Entonces Jesús les dijo: «A ustedes les pregunto: ¿Qué permite hacer la Ley en día sábado: ¿hacer el bien o hacer daño, salvar una vida o destruirla?»
Paseando entonces su mirada sobre todos ellos, dijo al hombre: «Extiende tu mano.» Lo hizo, y su mano quedó sana. Pero ellos se llenaron de rabia y comenzaron a discutir entre sí qué podrían hacer contra Jesús.
Reflexión del Evangelio
La Iglesia universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a San Pedro Claver, maravilloso Misionero Jesuita, establecido en la Ciudad de Cartagena, Colombia.
Fue tal su preocupación por los esclavos negros traídos de África, que es conocido con el cognomento de: “el esclavo de los esclavos negros”.
La liturgia diaria meditamos los textos de: 1Cor 5,1-8; Sal 5; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Lucas capítulo 6, del verso 6 al 11.
En el que se relata dos acciones, en una sinagoga, pero no especifica en cuál, lo que le da al relato un carácter general a esta narración.
En la primera acción se destaca actividad central que realizaba JESÚS: «enseñar», palabra que, en el lenguaje de Lucas, significa proclamar la Salvación, tanto para los judíos como para los paganos, y en la segunda se discute sobre una de las normas del pueblo judío: «el descanso del sábado».
Recordemos que uno de los conflictos que distanció a JESÚS, de sus contemporáneos fue su postura ante la Ley del sábado. El Evangelio de hoy muestra un ejemplo de lo que vivió JESÚS muchas veces.
De allí que esta segunda acción nos dice que en la sinagoga se encontraba un hombre con la mano paralizada, y el Maestro lo sana, pero esta buena acción se convierte en un gran escándalo.
Ya que, las intenciones de los letrados y fariseos son contrarias a las intenciones de JESÚS, Para los letrados y fariseos curar en un día sábado contradecía claramente la ley del descanso.
Para JESÚS el descanso del sábado es relativo, porque para Él lo importante es salvar una vida o curar a una persona, aun cuando esto signifique transgredir la ley del sábado.
Grandes gestos de Jesús
Es considerable destacar que, en esta lectura continuada del Evangelio según San Lucas, se nos ha venido presentando uno de los más grandes gestos de JESÚS, al colocar la dignidad de las personas por encima de cualquier ley, y es esto lo que precisamente lo hace entrar en conflicto con las autoridades religiosas judías.
Gesto que no les gusta a los fariseos y escribas porque pone en evidencia un sistema que aliena en vez de liberar, que esclaviza en vez de salvar.
Al confrontarnos con el texto, y revisar la opción que nos enseña JESÚS, entre respetar un precepto o hacer el bien, nuestro Maestro opta por el camino del bien y de la vida, al liberar al hombre del defecto que lo excluía de la vida social.
Con su acción JESÚS, nos invita a ver un signo de justicia en pro de la dignidad de los seres humanos, ya que al restaurar la autonomía de la persona le está dando una nueva oportunidad para que sea libre de ataduras físicas y pueda valerse por sí mismo.
Por eso hoy es día para preguntarnos: ¿el estilo de vida que llevamos favorece la posibilidad de ayudar a otros a encontrarse con las Buenas Nuevas de JESÚS, que libera y salva, o, por el contrario, es un obstáculo para nuestra salvación y la de otros? ¿Estamos dispuestos a asumir la defensa de la dignidad de las personas con todos los riesgos que esa postura significa?
Señor JESÚS, con Tu ejemplo nos enseñas, que por encima de todas las leyes y más aún de todas nuestras normas y prejuicios, está el Amor afectivo y efectivo a cada uno de nuestros semejantes, danos la sapiencia necesaria no solo para entenderlo, sino para hacerlo realidad en cada momento de nuestras vidas.
Amén.
Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
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