Después de que tomaron preso a Juan, Jesús fue a Galilea y empezó a proclamar la Buena Nueva de Dios. Decía: «El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Cambien sus caminos y crean en la Buena Nueva.
Mientras Jesús pasaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo: «Síganme y yo los haré pescadores de hombres.» Y de inmediato dejaron sus redes y le siguieron.
Un poco más allá Jesús vio a Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan, que estaban en su barca arreglando las redes. Jesús también los llamó, y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los ayudantes, lo siguieron.
Reflexión del Evangelio
La Iglesia universal celebra hoy la fiesta entre otros santos, en honor a San Severino, quien nació en Roma el año 410 y murió el 9 de enero del año 482, pronunciado la última frase del último salmo de la Sagrada Escritura (el 150): «Todo ser que tiene vida, alabe al Señor».
San Severino tenía el don de profecía, y el don de consejo, dos preciosos dones que el Espíritu Santo regala a quienes le rezan con mucha fe. Es patrono de Viena, Austria y de Baviera, Alemania.
En la liturgia diaria meditamos los textos de: 1Sam 1,1-8; Sal: 115; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Marcos capítulo 1, del verso 14 al 20.
En el que se relata el inicio de la vida pública de JESÚS, que según el evangelista Marco se caracteriza por el ANUNCIO del Evangelio y EL LLAMADO a sus primeros cuatro seguidores, que eran pescadores y a quienes les promete hacerlos «pescadores de hombres», es decir, asumir la Misión del Reino con la experiencia adquirida de su trabajo.
JESÚS, inicia su actividad en las ciudades y los caminos más multicolores y concurridos, de una manera muy semejante a como lo hizo Jonás, que se presenta como profeta en la gran ciudad. Atrás ha quedado el desierto de Judea, donde el profeta Juan hacía el llamado a sus seguidores a sumergirse en las aguas del Jordán.
A partir de ahora JESÚS, sumergirá a sus seguidores en una Nueva Dimensión: EL REINO DE DIOS, que se hace presente por medio de todos los gestos Salvadores que JESÚS realiza: nuevas enseñanzas, curaciones, exorcismos e inclusiones de pobres y marginados, a su grupo selecto de seguidores.
Al confrontarnos con el texto, vemos con beneplácito la actitud generosa de los primeros discípulos que siguieron a JESÚS, sin estar haciendo muchas preguntas y sin estar sacando cuentas sobre las consecuencias de ese seguimiento.
Solo les basta, la deslumbrante promesa que JESÚS, les hace: «Síganme y yo los haré pescadores de hombres» (Mc1,17), expresión bien resaltante y enigmática, porque para los judíos el mar escondía las terribles potencias del mal. JESÚS los invita, pues a librar a los hombres de todos sus males, y ellos muy diligentemente lo aceptaron.
Digno de destacar, es que JESÚS, los invita a seguir ejerciendo su propio oficio. Es como si les dijera: «no se despeguen de sus oficios, ya que Yo, los reforzaré para que lo hagan más dignamente».
Sobre todo, les garantiza Su Presencia, porque no estarán solos, sino que tendrán su compañía: «Vengan conmigo», esa Presencia, sin lugar a dudas que fascinó a los cuatro pescadores.
Es que el Anuncio de JESÚS, invita a sus SEGUIDORES DE TODOS LOS TIEMPOS, a vivir la vida presente de una nueva manera, dejando atrás las tristezas y preocupaciones de cada día.
El texto también nos dice, que, el tiempo ha llegado a su término, pero no el tiempo climático con sus incontables vaivenes de cada día, ni tampoco el tiempo cronológico que el reloj impone cada día de nuestras vidas.
El tiempo al que se refiere JESÚS, es el «kairótico», que es el tiempo de maduración histórico, de procesos personales, sociales, naturales y cósmicos.
Por eso es que, al iniciar este nuevo tiempo ordinario del año 2024, JESÚS, misionero de ciudades y caminos, nos llama hoy a descubrir cómo podemos cambiar de mentalidad para aceptar, creer y testimoniar con hechos tangibles, sus Buenas Nuevas, que nos trasmiten: Gracia, Misericordia, y Solidaridad.
Señor JESÚS, ayúdanos a entusiasmarnos con lo que nos prometes, y a entender que Contigo a nuestro lado hallaremos el tiempo perfecto para asumir la Misión de cambiar y de transformar nuestras conductas y los entornos que nos rodean.
Amén.
Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
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