En aquel tiempo Jesús decidió irse hacia las tierras de Tiro. Entró en una casa, y su intención era que nadie lo supiera, pero no logró pasar inadvertido. Una mujer, cuya hija estaba en poder de un espíritu malo, se enteró de su venida y fue enseguida a arrodillarse a sus pies. Esta mujer era de habla griego y de raza sirofenicia, y pidió a Jesús que echara al demonio de su hija.
Jesús le dijo: «Espera que se sacien los hijos primero, pues no está bien tomar el pan de los hijos para echárselo a los perritos.» Pero ella le respondió: «Señor, los perritos bajo la mesa comen las migajas que dejan caer los hijos.»
Entonces Jesús le dijo: «Puedes irte; por lo que has dicho el demonio ya ha salido de tu hija.» Cuando la mujer llegó a su casa, encontró a la niña acostada en la cama; el demonio se había ido.
Reflexión de Evangelio
La Iglesia universal celebra hoy, la fiesta La Iglesia universal celebra hoy, la fiesta entre otros santos, en honor a Santa Josefina Bakhita, religiosa sudanesa nacionalizada italiana, quien nació en 1869, en Darfur, Sudán.
Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, Italia. Juan Pablo II la nombró patrona de Sudán. El Santo Padre reconoció el gran hecho de que transmitieran el mensaje de reconciliación y misericordia.
Ella misma declaró un día: «Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa». S.S. Juan Pablo II la canonizó el 1 de octubre del 2000.
En la liturgia del día meditamos los textos: 1Re 11,4-13; Sal 105; y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, según San Marcos capítulo 7, del verso 24 al 30. En el que se relata la súplica que hace una mujer extranjera, para que JESÚS sane a su hija que estaba poseída por un espíritu inmundo.
Fiel a la tradición
JESÚS fiel a la tradición de su pueblo, argumenta una frase muy dura: “no está bien quitar el pan a los hijos y echárselos a los perritos”; pero la mujer le replica: “también los perritos comen debajo de la mesa de las migajas que tiran los niños” (Mc 7,27-28).
El Maestro le dice esto, porque los judíos miraban con mucho desprecio a los paganos; ellos eran los hijos de DIOS, y los paganos, los perros. Ser portadores de la verdadera Fe los obligaba a no dejarse contaminar por otras religiones, pero, en realidad eso reforzaba su incomprensión con cualquier extranjero.
Por eso es que JESÚS contestó a esta mujer afligida repitiéndole el refrán despectivo de los judíos. Y que a pesar de que JESÚS vino a salvar a todos, Él tenía claro que Su Misión debía comenzar por Israel que era el pueblo elegido.
Sin embargo, se encontró en varias oportunidades con gente pagana con mucha Fe en DIOS y, más de una vez, se admiró al ver con la seguridad y Fe con la que se dirigían a Él.
Se comprende entonces que JESÚS, le dice eso a la mujer, para probar hasta dónde llegaba su Fe; y en efecto, logró con creces, ver este gran testimonio de Fe.
Problemas territoriales
Al confrontarnos con el texto vemos que, en tiempos de JESÚS, tal como los hay ahora, también había problemas territoriales. No se llevaban bien entre sí los vecinos, y no parecía fácil que se pudieran arreglar las cosas. Con esta situación se enfrentó la mujer sirofenicia. Ella sabía que JESÚS puede curar a su hija, se acerca a Él, para implorarle.
La respuesta de JESÚS hubiera bastado para desanimar a cualquiera, pero no a una madre desesperada. Su argumento fue tan contundente, que a JESÚS no le quedó más remedio que darle cumplimiento a su petitorio.
Porque la Fe todo lo puede, con la Fe podemos sobrepasar barreras, fronteras y prejuicios, por lo que debe de ser nuestro reto de cada día.
Ya que con la Fe podemos dar pasos concretos hacia los otros, hacia los que tenemos más cerca, pero también hacia aquellos horizontes que nos dan miedo, porque la Fe ha de vivirse en un contexto amplio, cercano, y a la vez universal.
Porque los discípulos de JESÚS estamos llamados a ser continuadores de Su Modo de vida, revolucionando nuestras relaciones humanas y con nuestro testimonio de vida, experimentadas en nuestras actitudes hacia los demás, lograremos hacer realidad la «Civilización del AMOR».
Señor JESÚS, danos el discernimiento necesario para entender que nuestro compromiso cristiano tenemos que hacerlo realidad con los amigos y familiares, y también con los que no conocemos o consideramos enemigos o adversarios, tal como Tú nos enseñas cada día.
Amén.
Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
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