«En aquel tiempo, algunos maestros de la Ley y fariseos le dijeron a Jesús: «Maestro, queremos verte hacer un milagro.» Pero él contestó: «Esta raza perversa e infiel pide una señal, pero solamente se le dará la señal del profeta Jonás. Porque del mismo modo que Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del gran pez, así también el Hijo del Hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra. Los hombres de Nínive resucitarán en el día del juicio junto con esta generación y la condenarán, porque ellos cambiaron su conducta ante la predicación de Jonás, y aquí ustedes tienen mucho más que Jonás. La reina del Sur resucitará en el día del juicio junto con los hombres de hoy, y los condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí ustedes tienen mucho más que Salomón».  

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela.

 La Iglesia universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a San Federico, de Utrecht, Holanda, Obispo y Mártir, nacido en esta misma ciudad a finales del siglo VIII. Elegido obispo el año 825, donde se dedicó a la tarea de llevar el cristianismo al norte del país que aún permanecía en el paganismo. Un día en que estaba celebrando una misa de acción de gracias tras una visita pastoral por toda la Diócesis, entraron en la iglesia dos asesinos que acabaron con él. Esto ocurrió el 18 de Julio del 838

  Y la liturgia del día nos presenta el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Mateo capítulo 12, del verso 38 al verso 42. En el que se narra el careo de JESÚS, con los maestros de la Ley, ellos le pedían al Maestro, que hiciera un milagro. JESÚS no hizo milagros aquel día porque aquellos especialistas de la religión le pedían cuentas en vez de escucharlo. Y más que tener un encuentro con DIOS o con uno de sus mensajeros lo que querían era satisfacer su curiosidad.

 Y es que, según la tradición judía, el Mesías realizaría algunos signos que lo acreditarían delante de su pueblo. Pero los fariseos piden a JESÚS un signo, no porque estén abiertos a una manifestación de DIOS, sino porque desean ponerlo a prueba. JESÚS no cae en la tentación de legitimar su propia Persona y Misión mediante estos signos, que no convenía a la Fe del creyente, sino a los prejuicios de sus adversarios. Les dará solamente el signo de Jonás, que evoca tanto su Muerte como Su Resurrección, con la mención de los tres días y las tres noches en la que estuvo el profeta dentro del vientre del pez.

 JESÚS, les dice que con la predicación del profeta Jonás, los ninivitas se arrepintieron y se convirtieron sin embargo ellos están en presencia de quien es más grande que el profeta, también les dice que la reina del sur resucitará el día del juicio, ya que vino a ver la sabiduría de Salomón y creyó, sin embargo ellos están en presencia de quien está por encima de Salomón y no han creído, por eso los cataloga como raza perversa e infiel. Bueno es saber que con esta expresión se designa en la Sagrada Escritura, al creyente infiel, que sin negar a DIOS con la boca, tiene otro dios, o sea un ídolo, u otros apegos en su corazón.

 Al confrontarnos con el texto, vemos que a lo largo de la historia de la humanidad ha existido la tentación en las personas creyentes, de estar constantemente exigiendo una señal del cielo o un signo especial que confirmen alguna iniciativa o canonicen alguna determinada práctica personal o grupal. Es la pretensión de quererse construir un dios a la medida, que esté al servicio de sus caprichos o de sus necesidades perentorias, sin entender que DIOS siempre nos dará lo que Él sabe que necesitamos.

 Es lo que vivimos en la actualidad donde todos estamos tentados de pedirle a DIOS una solución urgente para calmar nuestros temores, frente a las calamidades que padecemos, pero sin asumir nuestras responsabilidades en la solución de las mismas. Por eso es que hoy el Maestro nos llama a un discernimiento de manera tajante, para interpretar los signos que se ofrecen a nuestra Fe: la Palabra de DIOS que nos llama a la conversión y el Misterio Pascual de Cristo que nos hace renacer a la Vida Nueva, sin egoísmo, ni exclusiones.

  Ya que, como cristianos tenemos que tener la valentía de JESÚS, para afrontar los retos de cada día con la sabiduría que nos brinda la Palabra de DIOS, que es la que debe marcar el rumbo de nuestras vidas. Porque si todos nos decidimos a cambiar, dejando a un lado nuestros egoísmos, para juntarnos con los que tildamos de enemigo, cerrando filas para la solución de nuestros problemas colectivos. Sin lugar a dudas que ese día será el día del renacer de nuestra sociedad, la gran señal que todos estamos esperando.

 Señor JESÚS, abre nuestro corazón, para acoger Tu Palabra, dejando a un lado nuestros egoísmo, y juntarnos con amigos y enemigos, en la búsqueda del bienestar colectivo, y ese será el día del renacer de nuestra sociedad, la gran señal que todos estamos esperando. Amén.

 

¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!

Facebook X Instagram WhatsApp Telegram Google Play Store