En aquel tiempo al conocer la muerte de Juan Bautista, Jesús se alejó discretamente de allí en una barca y fue a un lugar despoblado. Pero la gente lo supo y en seguida lo siguieron por tierra desde sus pueblos.

Al desembarcar Jesús y encontrarse con tan gran gentío, sintió compasión de ellos y sanó a sus enfermos. Cuando ya caía la tarde, sus discípulos se le acercaron, diciendo: «Estamos en un lugar despoblado, y ya ha pasado la hora. Despide a esta gente para que se vayan a las aldeas y se compren algo de comer.»

Pero Jesús les dijo: «No tienen por qué irse; denles ustedes de comer.» Ellos respondieron: Aquí sólo tenemos cinco panes y dos pescados. Jesús les dijo: «Tráiganmelos para acá.» Y mandó a la gente que se sentara en el pasto. Tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los entregó a los discípulos. Y los discípulos los daban a la gente.

Todos comieron y se saciaron, y se recogieron los pedazos que sobraron: ¡doce canastos llenos! Los que habían comido eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Reflexión del Evangelio

 La Iglesia universal celebra hoy celebra la fiesta, entre otros santos, en honor a San Jean-Marie Vianney. Nació en Dardilly, cerca de Lyon, Francia, el 8 de mayo de 1786; y murió en Ars el 4 de agosto de 1859. Una de las figuras más célebres de la historia de la Iglesia, es este Santo que hoy recordamos.

Es el famoso cura de Ars, que transformó a esta ciudad con sus catequesis y ocupó por más de 40 años las primeras páginas de la pastoral francesa. Gran confesor y confidente.

El 3 de octubre de 1874, fue proclamado Venerable por Pío IX y el 8 de enero de 1905, fue inscrito entre los Beatos. El Papa Pío X lo propuso como modelo para el clero parroquial. En 1925, el Papa Pío XI lo canonizó. Es el patrono de los Párrocos.

Liturgia del Día

En la liturgia diaria meditamos los textos de: Nm 11,4-15; Sal 80; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Mateo capítulo 13, del verso 31 al verso 35. En el que se hace un resumen de la actividad de JESÚS, para destacar Su Aflicción y Compasión, unido al relato de la primera multiplicación de los panes, en la versión de San Mateo.

Son momentos bien humanos de nuestro Señor JESUCRISTO, y es que luego de recibir la noticia de que Juan había muerto Él buscó la soledad. Ya que la oración, el silencio y la soledad, son una buena compañía para los momentos de catarsis o de grandes decisiones.

Esos momentos se le presentan juntos a JESÚS, porque, Él tiene el dolor por la muerte de un ser querido y el desafío de cumplir con Su Misión de hacer realidad el cambio de mentalidad de los seres humanos, por eso es que ante el hambre de la multitud Él les presenta el desafío a sus discípulos: “Denle ustedes de comer”.

Es que el Evangelio deja claro que cuando compartimos, y ponemos al servicio de los demás lo poco o lo mucho que tenemos, el resultado es extraordinario, porque alcanza para todos y además de eso sobra.

Buena lección

Sin lugar a dudas que es una buena lección para los líderes de nuestro planeta, que, si entendieran y pusieran en práctica el mensaje de JESÚS, no habría hambre, ni exclusión sobre la tierra, porque las palabras: “acumular y acaparar”, serían eliminadas del diccionario social, para ser reemplazadas por: “solidaridad y redistribución equitativa».

Lamentablemente, esa actitud de la mayoría de los líderes del mundo e incluso de muchos que nos llamamos cristianos, es la que en el texto asumieron los discípulos, que tomaron la solución más lógica a la mentalidad del mundo: ¡descartan las multitudes y cada uno se las arregle como pueda!

Por eso JESÚS compromete a los discípulos y les enseña el ámbito de la lógica del Reino: el compartir, la sensibilidad al dolor y la necesidad del Hermano. Porque el Sentimiento de JESÚS es la Compasión, es decir, ponerse en el lugar del otro, experimentar en carne propia, sus dificultades y sufrimientos.

Caridad y solidaridad

Al confrontarnos con el texto vemos que la caridad y la solidaridad carece de tiempo, lugar y de otras condiciones. Por eso tenemos que despertar nuestra sensibilidad por los más necesitados. Ya que, sin esta apertura de corazón, de nuestros bolsillos, de la mente y de nosotros mismo, nunca vamos a entender la dinámica del Reino de DIOS, en la que todos necesitamos de todos, para ser más felices y menos ruines, más solidarios y menos excluyentes.

Y es que, con JESÚS, siempre sumamos, nunca restamos, y ante este panorama que tenemos en nuestra sociedad de grandes necesidades de comida, de medicina, del consuelo, del afecto, y de compartir la Palabra de DIOS, se hace más que necesario la participación de cada uno de nosotros, con nuestros talentos y recursos, en la apremiante tarea de ser instrumentos dóciles de DIOS, y entender su mandato: ¡Denle ustedes de comer!

De allí, que hoy es el día para entender que CRISTO hizo el milagro de la multiplicación de los panes y peces, para que los que nos llamamos sus seguidores, hagamos el milagro de la caridad para tantos hombres y mujeres, que necesitan: pan, instrucción, evangelización, consuelo, y sobre manera aprender a vivir en comunidad, poniendo todos lo que tengamos al servicio de todos. De esta manera se multiplicará la Fe y la Esperanza y todos podremos tener nuestras necesidades básicas satisfechas.

Señor JESÚS, danos la sensibilidad necesaria, tal como Tú la tuviste para poder sentir el dolor y el hambre que padecen la mayoría de nuestros semejantes y no solo preocuparnos, sino ocuparnos de sus necesidades.

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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