“En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: ‘¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña’. Él le contestó: ‘No quiero’. Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: ‘Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?”.
Contestaron: “El primero”. Jesús les dijo: “En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de ustedes en el reino de Dios. Porque vino Juan a ustedes enseñándoles el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, ustedes no se arrepintieron ni le creyeron”.
Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana
La Iglesia universal celebra hoy la Fiesta entre otros santos en honor a San Juan de la Cruz, religioso y poeta místico del renacimiento español, cuyo nombre secular era Juan de Yepes Álvarez y su primera identificación como fraile es la de Juan de San Matías. Nació en Fontiveros, Ávila, España, el 24 de junio de 1542 y murió en Úbeda, Jaén, el 14 de diciembre de 1591. Fue reformador de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo y cofundador de la Orden de los Carmelitas Descalzos con Santa Teresa de Jesús. Desde 1952 es el patrón de los poetas de lengua española.
Y la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio de JESUCRISTO según San Mateo, capítulo 21, del verso 28 al 32. En el que JESÚS se encuentra en el Templo de Jerusalén con los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, personajes que representan la máxima autoridad religiosa, política y económica de su sociedad. En ese encuentro JESÚS les propone la parábola del padre y sus dos hijos. Un hijo representa a Israel que dijo “SI” al aceptar la Ley, pero no hizo la Voluntad de DIOS. El otro hijo representa a los pecadores, prostitutas y publicanos, que dijeron “no” al Plan de DIOS, pero se arrepienten, siguen el Camino de DIOS Testimoniado por Juan y aceptan al Mesías.
Se presenta así un gran dilema entre el testimonio y la autoridad, ya que las estructuras de la religión judía estaban basadas en el cumplimiento de la Ley. Los fariseos y doctores de la Ley, creyeron que estaban justificados y que tenían derechos adquiridos delante de DIOS, y por lo tanto no necesitaban de ninguna experiencia novedosa como la que le presentó Juan. Se aferraban al cumplimiento de la Ley de manera literal, antes que al sentido Misericordioso que lleva implícito, por lo que era una aplicación deshumanizante e injusta, y muy contraria al Plan de DIOS. Los segundos, es decir, los pecadores y prostitutas, por múltiples circunstancias, originalmente dijeron no al llamado de DIOS, pero ante la invitación formulada a través de Juan, se “Arrepienten” y “Enderezan” sus vidas.
Es importante destacar que las sentencia sobre el Bautista, condensa aspectos relevantes de la Teología de Mateo y se relaciona con el Programa que JESÚS Testimonia ante Juan: “Conviene que cumplamos con todo los dispuesto en el Plan de DIOS” (Mt 3,15). Y es que Juan, en su calidad de Elías que ha regresado, tal como está escrito, ha seguido el Camino de DIOS, cumpliendo a cabalidad con su Misión. Así Mateo desde el cumplimiento de la Promesa, enfoca toda la historia del pasado de Israel y el futuro del nuevo pueblo de DIOS, con la Plenitud de la Encarnación de JESÚS que le da sentido a todo, y “hace Nueva todas las cosas”.
Al confrontarnos con el texto vemos que no son los títulos, los cargos, los apellidos o la posición social, lo que asegura la entrada al Reino de DIOS, sino más bien la docilidad a los designios de DIOS. Por lo que podemos inferir que los que entran al Reino de DIOS son aquellos que dicen “SI” a la propuesta del Padre, “SI” a la Propuesta del Reino de Justicia y Misericordia que nos hace JESÚS. Es decir, todos aquellos que se arrepienten, y que reconocen que no han actuado de acuerdo a la Voluntad de DIOS y retornan a Él.
Es un “SI”, traducido en obras, sin embargo, tenemos que tener en cuenta lo que dice el refrán: “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Ya que hay que tener claro, que el testimonio de vida de un auténtico cristiano, no es la de asumir una serie de prácticas rituales o de piedad, sino de modelar la vida al estilo de JESÚS, que nos lleve al desprendimiento de los bienes materiales, a la solidaridad con nuestros semejantes y a vivir todos los días de nuestras vidas en una total oblación a nuestro Creador.
Por eso es que hoy es el día para preguntarme: ¿soy como el hijo que dijo “si” o como el hijo que dijo “no”? ¿Estoy descubriendo la voluntad de DIOS en aquellas personas que desean transformar la conciencia de los hombres para crear un mundo más justo? ¿Qué hechos concretos estoy haciendo yo, para que la Voluntad de DIOS sea llevada a la práctica en medio de esta realidad que nos agobia?
Señor JESÚS, regálanos el privilegio de estar entre los que se abren a Tu Amor, sin arrogancias, ni pretensiones, sino más bien, profundamente arrepentidos de nuestros pecados para adherirnos totalmente a Tu Plan Restaurador de la humanidad. Amén.
Luis Perdomo
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