Durante los últimos años, Venezuela se ha visto golpeada por una crisis económica, la cual ha afectado directamente al sector de la salud. La escasez de insumos en los hospitales, y el alto costo de los servicios médicos en centros privados, han derivado en la necesidad de los ciudadanos de encontrar opciones económicas a la hora de solicitar cualquier procedimiento médico o quirúrgico.
Debido a ello, «existen personas inescrupulosas que buscan aprovecharse de la situación para lucrarse al hacerse pasar por médicos certificados». Así lo denunció el director ejecutivo de la organización Médicos Unidos de Venezuela, Jaime Lorenzo.
Para finales del mes de mayo, los organismos policiales ya habían capturado a unos 21 supuestos médicos, quienes se valían de falsas identidades para ejercer como profesionales de la salud en diversas clínicas, fundaciones, centros asistenciales y hasta centros de salud improvisados. Los mismos quedaron detenidos en un periodo menor a cinco meses.
Estos delincuentes usurpaban funciones en distintas especialidades, ginecología, neurología, anestesiología, odontología, e incluso medicina veterinaria.
Al respecto, Lorenzo, quien es médico cirujano egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV), refirió que «el deterioro socioeconómico del país ha generado una pérdida de los valores morales. Las personas comenzaron a vivir en una especie de culto al dinero, y ponen en riesgo la vida de otros sin ningún tipo de ética. Esto ha generado situaciones terribles».
Estafan por medio de la salud
El especialista explicó que, en un intento por sobrevivir o alcanzar mayores estatus sociales, «las personas comienzan a buscar las formas más fáciles de hacer dinero. Para ello, se aprovechan de las necesidades de otros; buscan sacar beneficios de sus debilidades».
En este sentido, recordó que la salud «es una necesidad básica de todos los seres vivos», y al verse inaccesible para ciertos sectores de la población, «muchos inescrupulosos ofrecen cualquier cantidad de servicios a precios bajos, con el fin de captar a los necesitados».
Por su parte, el doctor Huníades Urbina, secretario de la Academia Nacional de Medicina, aseguró que son muy pocos los casos que se han «neutralizado de este tipo de estafadores, que son falsos médicos que ejercen sin una licencia».
Manifestó que «estos criminales, en gran parte se anuncian como médicos de las especialidades que, por el alto costo de los medicamentos y la calidad profesional que se requiere, tienen precios más elevados. Los casos más frecuentes son los de odontólogos, traumatólogos, cirujanos plásticos, entre otras especialidades», puntualizó.
Condiciones inapropiadas
Urbina y Lorenzo enfatizaron el riesgo que corren los ciudadanos al acudir a establecimientos no autorizados para casos que involucren la salud. Resaltaron que, en la mayoría de los casos, son «establecimientos improvisados que incumplen con las normativas, tanto sanitarias como de seguridad».
Lorenzo agregó que «se trata de individuos que utilizan el poco conocimiento que poseen para crear una imagen engañosa. Crean locales que tienen una buena estética, parecen profesionales. Pero no son aptos para un procedimiento correcto, ni para la atención de cualquier emergencia que pueda surgir».
Un caso como este fue presentado por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), el pasado 30 de mayo. Se trata de un hombre, identificado como Edgar Alexander Peña Belandia, de 49 años de edad.
El sujeto quedó detenido por usurpar funciones de médico cirujano. Según la información ofrecida por el cuerpo de seguridad, Peña simulaba ser médico cirujano y ofrecía, tratamientos y cirugías estéticas a bajo costo, por medio de las redes sociales.
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