La ilustración de moda disfrutó de su mejor momento entre los años 20 y 70 del pasado siglo, hasta que fue desplazada por la fotografía. Ahora está viviendo su segunda edad de oro con un grupo de artistas con mirada propia, parte de cuya obra se mostrará este verano en el Museo Balenciaga de Getaria (norte de España).

Son 22 creadores de 10 países los reunidos para esta exposición que, bajo el título «Fina estampa. Ilustración y moda», se podrá visitar en el museo dedicado al modisto en la localidad española desde este miércoles y hasta el próximo 29 de septiembre.

La muestra llega a Getaria tras su paso por el Museo ABC de Madrid, su impulsor junto a la Obra Social La Caixa, aunque en este caso se hace un guiño a Balenciaga con la incorporación de nueve obras de ilustradores contemporáneos del modisto, que abarcan el periodo de 1930 a 1960.

Fernando Martínez, Federico Correa, Lucrecia Feduchi «Coti», y C. Kowarik son algunos de los autores de esas imágenes, propiedad del Museo ABC, que aportó también una de Ángeles Torner Cervera, «La mujer y la casa», en la que se puede ver la carretera que discurre entre las localidades vascas de Zarautz y Getaria.

Las obras que muestran el momento «glorioso» que vuelve a vivir la ilustración de moda están distribuidas por las salas del Palacio Aldamar, anexo al nuevo edificio del museo, por el que hoy miércoles pasaron representantes institucionales y de entidades culturales con motivo de la presentación de la muestra, que fue comisariada por Jesús Cano.

Este periodista y diseñador explica que cuando comenzó a preparar la exposición comprobó que en ningún lugar se había analizado el resurgir que estaba viviendo la ilustración en este sector y que solo se había organizado una de similares características en el Museo de Diseño de Londres, pero dedicada a los maestros del pasado siglo.

Esa muestra terminaba con los trabajos de Mats Gustafson, David Downton, François Berthoud y Aurore de la Morinerie, grandes nombres de la ilustración de moda que, en el caso de «Fina estampa», sirvieron como «punto de partida». 

Son los artistas más consagrados junto a nombres como el del español Jordi Labanda, dentro de un grupo donde la edad es relativa, ya que creadores como Richard Haines, nacido en 1951, no llegó al dibujo hasta 2008, tras perder su trabajo como diseñador de moda a causa de la crisis económica. Ahora trabaja para firmas como Prada y Dries van Noten.

Otro tanto le ocurrió a Helen Downie, que firma como Unskilled Worker y que empezó en el oficio a los 48 años durante el proceso de curación de una enfermedad y ha trabajado para Gucci y Alexander McQueen.

Fue a través de Instagram como se dio a conocer, fue su «trampolín». «Las redes sociales, y sobre todo Instagram, han sido fundamentales para que la ilustración pueda encontrarse desde hace una década en su segunda edad de oro, que es lo que dicen todos los expertos», señala Cano.

El comisario comentó que grandes medios, como The New Yorker, The Financial Times y The New York Times, nunca abandonaron del todo la ilustración de moda, pero ha añadido que este renacimiento también está repercutiendo en las publicaciones de papel. «Grandes cabeceras de moda, como Vogue y Harper’s Baazar, están encargando ahora reportajes de ilustración».

La exposición que exhibe Balenciaga Museoa es un ejemplo de lo que se hace en este momento, a través de obras realizadas con distintos materiales -de lápiz a acuarela, tinta o pincel digital- y no solo por los nombres ya citados y gente como Tany Ling, clave en la ilustración de moda internacional, sino por talentos emergentes como Ricardo Fumanal, Jowy Maasdamme, Richard Kilroy y la joven madrileña Inés Maestre.

 

EFE

 

 

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