Sao Paulo, Brasil. Jorge Ben Jor convirtió al Flamengo en todo un himno de carnaval y, a las puertas de su exilio, el maestro Gilberto Gil le mandó «aquel abrazo» a su hinchada. En el país del fútbol y el samba, la historia del flamante campeón de la Libertadores es también la historia de la música brasileña.

Flamenguista de corazón y «carioca da gema», Jorge Ben Jor, uno de los más populares músicos brasileños, reflejó su admiración por el ‘Mengao’ a lo largo de su carrera y no se olvidó de él cuando en 1969 escribió su oda a Brasil («País Tropical»)

En ese «país tropical bendecido por Dios y bonito por naturaleza» el músico inmortalizó su gran pasión y convirtió a la ‘Nación’ en el estribillo de una de las letras más tarareadas del carnaval brasileño: «Tenho um fusca e um violão/Sou Flamengo e tenho uma nega chamada Tereza» (Tengo un fusca (Volkswagen escarabajo) y una guitarra/ Soy Flamengo y tengo una mujer llamada Tereza).

El carioca también le dedicó una canción al mayor ídolo del club, Zico («Camisa 10 da Gavea»), y fue el responsable por perpetrar la fama del exdelantero João Batista de Sales, «Fio Maravilha», quien paradójicamente inició una batalla en los tribunales en busca de una indemnización por el uso no autorizado de su nombre.

En 1972 Ben Jor narró en su canción una jugada genial protagonizada por Fio Maravilla durante un amistoso del Flamengo contra el portugués Benéfica de Lisboa en el mítico estadio Maracaná, la casa del «más querido», y que culminó en «gol de ángel, un verdadero gol espectacular».

«Fio Maravilha, nós gostamos de você / Fio Maravilha faz mais um pra gente ver» (Fio Maravhila, cómo nos gustas/ Fio Maravhila haz uno más para que lo veamos), dice la letra de la canción que Maria Alcina tomó prestada para el Festival Internacional de la Canción de 1972.

En plena dictadura militar (1964-1985), la pasión por el Flamengo también quedó retratada en «Aquele abraço», una de las canciones más emblemáticas de Gilberto Gil y que el músico brasileño compuso poco antes de partir para su exilio en Londres.

Gil mandó «aquel abrazo» de despedida a los barrios, a las escuelas de samba y a las figuras cotidianas de Río de Janeiro y, como no, a la mayor hinchada de Brasil, la del Flamengo.

«Aló torcida do Flamego/Aquele abraço» (Aló hinchas del Flamengo/Aquel abrazo)», dice una de las estrofas de esta canción, un símbolo de la lucha contra la dictadura militar de Brasil.

Pero Gil nunca fue seguidor del Flamengo, sino del Bahía de su natal Salvador y a ratos, del Fluminense, el principal rival de campo del ‘Mengao’: «Es un abrazo de la otra parte del estadio, un abrazo a los hinchas del Flamengo, de parte de los hinchas del Fluminense», confesó en una entrevista.

La historia del Flamengo también pasó por la voz profunda de Tim Maia, el baladista rebelde, quien entonó el himno del club, el mismo que hoy resonó con fuerza en Río de Janeiro tras la victoria del equipo ‘rubronegro’ (rojinegro) por 2-0 frente al River Plate argentino en la final de la Copa Libertadores de América.

«Uma vez Flamego, sempre Flamengo/ Flamengo sempre eu hei de ser» (Una vez Flamengo, siempre Flamengo/ Flamengo he de ser).

EFE

 

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