Santiago de Chile.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo en una décima sus previsiones de crecimiento global para el 2019, hasta el 3,2 %, debido a las tensiones internacionales y, más concretamente, a la guerra comercial que mantienen las dos grandes economías mundiales, China y Estados Unidos.

En su nuevo informe de Perspectivas Económicas Globales presentado este marte en Santiago, que modifica los pronósticos que realizó en el mes de abril, el organismo multilateral también reduce en una décima su previsión de crecimiento para el 2020, que quedaría en el 3,5 %.

Un aumento para 2020 que, sin embargo, es calificado en el escrito como «precario» y que se basa en la confianza de los mercados financieros, así como en la estabilización de economías emergentes como Argentina y Turquía y la posible disminución del riesgo de colapso de otros como Irán y Venezuela.

Aun así, la situación general seguirá marcada por el conflicto comercial entre China y EEUU, y por las tensiones entre el gigante norteamericano e Irán, que afectan directamente al mercado del petróleo.

A esto habría que sumar, según el FMI, la amenaza de sanciones por parte de los estadounidenses a la cadena de producción tecnológica mundial y la incertidumbre generada por el «brexit», que pone en riesgo tanto el mercado británico como el de la Unión Europea (UE).

En este escenario, los países desarrollados serían los más favorecidos, sobre todo EEUU y Japón, que junto con la UE muestran «sorpresas positivas de crecimiento» y verían aumentar su proyección económica en términos generales de un 1,8 % a un 1,9 % para 2019, mientras que mantendrían la de 1,7 % para 2020.

Por su parte, las economías y países emergentes registrarían una «actividad menor de la esperada», que se traduciría en la reducción de sus proyecciones del 4,4 % al 4,1 % en 2019 y del 4,8 % al 4,7 % en 2020.

La mayor reducción se daría en América Latina y el Caribe, con una drástica rebaja de 0,8 puntos respecto del último estudio, con lo que su pronóstico para 2019 pasaría del 1,4 % fijado el pasado abril al 0,6 % del nuevo informe, unos resultados que el FMI calificó de «decepcionantes».

Detrás de estas tendencias globales el organismo destacó la existencia de factores más transversales y de mayor calado como son el debilitamiento de la demanda final, especialmente en la inversión fija, así como el aumento del peso del sector servicios sobre las manufacturas, un proceso que comenzó en 2018 y aún continúa.

Esto se traduce, continúa el informe, en la decisión tanto de las empresas como de los particulares de evitar inversiones a largo plazo, especialmente por la elevada incertidumbre económica, que ha debilitado las cifras del comercio internacional, sobre todo en los países emergentes de Asia.

Para resolver esta encrucijada y ante el temor de que las predicciones para el 2020 se trunquen, el FMI alentó a los estados a «calibrar de manera apropiada sus políticas macroeconómicas» para «estabilizar y reforzar los pilares de la recuperación».

Para ello, destacaron la importancia de dos puntos: «reducir las tensiones en el comercio y la tecnología» y «resolver las incertidumbres generadas por los cambios en los grandes acuerdos comerciales internacionales», incluyendo aquellos entre el Reino Unido y Europa, así como entre Canadá, México y Estados Unidos.

Otras áreas de suma importancia, recalca el FMI, son el fortalecimiento de la cooperación internacional, adaptar y mitigar el mercado mundial para que sea respetuoso con el medioambiente, evitar la corrupción y la evasión de impuestos y evitar un retroceso en la regulación financiera.

EFE

 

 

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