Desde temprano, familias de los 47 sectores que componen la parroquia Tumeremo llegaron al estadio, con los niños tomados de la mano, esperando descubrir los tesoros que les tenía preparada la jornada.
Globos de colores, música infantil y la promesa de sorpresas recibieron a los festejados, quienes rápidamente se lanzaron a las atracciones dispuestas: inflables, pintacaritas, golosinas y seis mil cotillones listos para repartir.
Desiré Guzmán, representante de la Fundación Unción Profética Sion, coordinaba con entusiasmo la entrega de más de 12.000 juguetes. “Nuestro objetivo es que cada niño se lleve una experiencia memorable y recordarle a la comunidad la importancia de protegerlos, de garantizarles una infancia robusta y feliz”, comentaba mientras observaba la fila de pequeños esperando su turno en los columpios.
El pastor de la iglesia evangélica y parte de la UPS dio inicio a dicha festividad con una oración destacando la grandeza de Dios y lo maravilloso que era para con los niños.
Aprender para criar
La diversión no eclipsó el mensaje de fondo. Como parte de su programa social, la fundación realizó simultáneamente sesiones informativas para padres y representantes, sobre prevención del bullying, maltrato y abuso escolar. Yurimar Gil, madre y miembro del grupo de mujeres de la Fundación UPS, agradeció: “Gracias a estas actividades aprendemos a criar mejor y a acompañar a nuestros hijos en su formación. Para nosotros, estas herramientas de valores son clave para su vida”.
Los vecinos celebraron la jornada como un logro colectivo. Solimar Hernández, líder comunal del sector La Bombona, no ocultaba su emoción al describir la escena: “Ver a nuestros niños disfrutar con una sonrisa no tiene precio. Todo el sacrificio vale por verlos así de felices”.
Desde el Team Run, Juan Méndez valoró la fecha como una oportunidad para impulsar el trabajo social que integra al gobierno local y las comunidades: “Hoy no solo es un festejo, sino un recordatorio para seguir luchando por una infancia digna y oportunidades plenas para nuestros niños”; además, agradeció todo el apoyo que recibieron del Gobierno nacional, a través del presidente Nicolás Maduro.
El cierre de la tarde llegó entre carcajadas y abrazos, evidenciando que la unión de vecinos, fundaciones y autoridades puede convertir una fecha simbólica en un acto de reafirmación de derechos: “Cada juguete, cada juego, cada charla, es una semilla de esperanza para la niñez de Tumeremo”, concluyó Guzmán, con la seguridad de que la fiesta es solo el preámbulo para una comunidad que apuesta por el bienestar de sus hijos.
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