El constante paso de gandolas hacia las distintas empresas mineras de la población de El Callao, se ha convertido en un «dolor de cabeza» para quienes deben transitar a diario por las calles de la población.
El avanzado deterioro de las calles y el daño al sistema de cableado son consecuencia del indiscriminado paso de vehículos pesados sin supervisión alguna.
Recientemente, alrededor de cinco gandolas con cargamento desconocido pasaron por calles como 5 de Julio y el conocido cruce «La zona», generando daños en el cableado de, al menos 10 casas callaoenses.
«Creemos que son gandolas que van a la antigua PMG que ahora es la Corporación Venezolana de Guayana. Se llevan todo a su paso y si hay reclamo te lanzan a la guardia, al Dgcim, o ahora los Gpamo», declaró un ciudano que prefirió mantener su nombre en resguardo.
A través de redes sociales se puede conocer la constante denuncia. Usuarios aseguran que los gandoleros, por la necesidad de maniobrar sus gandolas por las angostas calles, se terminan montando en las aceras; una de las más afectadas está ubicada en la Unidad Educativa Nacional Nicolás Antonio Farreras, principal centro educativo de la población.
Se intentó conocer la posición de algún vocero de la alcaldía de El Callao que pudiera aclarar los parámetros en los cuales se rige el paso de la carga pesada, pero las llamadas no recibieron respuesta.
El municipio El Callao cuenta con el «corredor vial» que, en teoría, está diseñado para el paso de transporte de carga pesada, incluyendo camiones con material aurífero, sin embargo, su uso no es el correcto.
Residentes de sectores como 5 de Julio y Salida a Caratal piden que las gandolas utilicen el mencionado corredor y así eviten «destrozar» lo que queda de calles y alumbrado público.
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