Después de 10 etapas, el Giro disfrutó de su primera jornada de descanso con el colombiano Egan Bernal de patrón y los principales favoritos apretados en la general en 1 minuto. Nada resuelto, todo por decidir en el umbral de la etapa del «sterrato» y con la montaña asomando a la vuelta de la esquina.
La primera mitad del Giro ha lanzado algunos mensajes significativos, pero ninguno de ellos aclaratorio de lo que puede suceder hasta Milán. Queda todo un mundo, toda la alta montaña por venir y la crono final, preocupante para algunos, como juez en Milán.
Lejos de los pronósticos, la mejor noticia del Giro ha sido la constatación de que dos de los grandes favoritos, Bernal y el belga Evenepoel, han superado sus respectivas lesiones y parecen en condiciones de protagonizar el gran duelo de esta 104 edición del Giro.
Y ambos lo han reflejado en carrera y en la general, comandada por el Bernal, ganador del Tour de Francia 2019, ilusionado de rosa y cauto ante lo que se avecina. De momento es líder con 14 segundos sobre Evenepoel y 22 respecto al ruso del Astana Aleksander Vlasoc, ahora el tercer inquilino del podio provisional.
Bernal sueña en rosa, disfruta del momento sabiendo que esperan las etapas más duras. Mientras, el colombiano no se olvida de echar cuentas ante la crono final. «Llegaría tranquilo con una ventaja de 1,30 minutos», dijo en su reunión telemática en la jornada de reposo
Pero hasta el minuto de diferencia figuran más candidatos, a la victoria o al cajón de Milán. El escalador italiano Giulio Ciccone es la esperanza local, ahora cuarto a 37. Más allá esperan dos británicos, Hugh Carthy, sexto a 45 y Simon Yates, a 56, éste último uno de los a priori máximos favoritos.
En la parcela española, eliminado Mikel Landa tras su importante caída, la responsabilidad recae en Marc Soler (Movistar), quien se examina este año para las oposiciones de líder de equipo o gregario. El catalán descansó en el puesto 12 a 1.21 de Bernal. El siguiente español obliga a avanzar la mirada hasta la plaza 21, Con Peio Bilbao ya lejos, a 3.27 minutos.
El Giro empieza a mostrar sus garras esta semana, avanzadilla de una tercera y última de pánico. Tras el primer descanso, la etapa entre Perugia y Montalcino, en el centro de Italia, tendrá 35 kilómetros por carreteras de grava blanca, el símbolo de la Strade Bianche. El «sterrato» brindará un espectáculo que bien pudiera tener trascendencia en la general.
La segunda semana de Giro tendrá homenajes a figuras del deporte y de la cultura italiana. La duodécima fracción entre Siena y Bagno di Romagna recordará a Gino Bartali, la siguiente será para el poeta Dante Alighieri, en el 700 aniversario de su fallecimiento.
Las efemérides darán paso a unos 10 últimos días terribles, de montaña de todos los colores. Llegan las míticas subidas. La decimocuarta etapa desemboca en el Zoncolan (13,1 kms al 8,9 por ciento), con los últimos 3 kms al 12-13.
Tras un respiro en Gorizia el próximo domingo, en la frontera con Eslovenia, el Giro espera el lunes día 24 con una dura jornada de montaña que incluye el techo de la carrera, el Passo Pordoi, a 2.239 metros de altura, de categoría especial y 12 kms de subida al 6,6 por ciento.
La jornada será clave, ya que también habrá que escalar el Fedaia (13,7 kms al 7,6) y el Passo Giau (1a, 9,8 kms al 9,3) antes del descenso hacia Cortina D’Ampezzo. Desde aquí al segundo descanso, donde hará falta cargar las pilas para la traca final.
Este miércoles vuelve el Giro con la undécima etapa entre Perugia y Montalcino, de 162 kilómetros, que será complicada por la altitud acumulada, cerca de 2.600 metros, y por los cuatro sectores de pista de tierra, «sterrato» que serán protagonistas en 35 de los últimos 70 kilómetros de la jornada.
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!