Atlanta. Marwin González estaba casi acabado, igual que los Astros de Houston.
Pero Dusty Baker le tuvo fe, y el último jugador incorporado al róster para la Serie Mundial respondió con un hit clave, igual que hace cuatro años.
El batazo de González como emergente contra A.J. Minter rompió un empate en la quinta entrada y encaminó a los Astros a una victoria 9-5 sobre los Bravos, tras remontar una desventaja de cuatro carreras, manteniéndolos con vida en la Serie Mundial.
Atlanta sigue arriba 3-2, pero la serie vuelve ahora a Houston.
«La química del equipo es muy buena cuando está él», expresó Carlos Correa. «Sabemos que en los grandes momentos no se va a sentir amilanado».
Houston perdió el primer juego de la Serie Mundial del 2017 ante los Dodgers de Los Ángeles y estaba 3-2 abajo en el segundo cuando González pegó un jonrón con la cuenta 0-2 contra el taponero del Juego de Estrellas Kenley Jansen en el inicio de la novena entrada. Los Astros terminaron ganando en 11 innings y se alzaron con la serie en siete juegos. Fue su primer título.
Ese batazo fue como derecho. Este otro fue como zurdo, reflejo de la versatilidad de este pelotero de 31 años que puede jugar en el infield y en los jardines. En junio incluso tomó el montículo contra los Medias Rojas, para terminar un juego que perdían los Astros.
Un grand slam de Adam Duvall puso a los Bravos arriba en la primera entrada. Los Astros estaban 5-4 abajo cuando Minter dio una base por bolas a Martín Maldonado con la casa llena que igualó el marcador.
Le tocaba batear al pítcher, y Baker llamó a González, quien había regresado a Houston a fines de agosto tras ser dado de baja por Boston, con el que bateaba de .202.
«Creo que lo podíamos rescatar», dijo Baker. «Es de origen latinoamericano y a la mayoría de los latinoamericanos no les gusta el clima frío. Vas a Minnesota en abril y mayo, o a Boston en abril, mayo y septiembre… Esos climas no favorecen a los peloteros de zonas cálidas».
González jugó tres partidos en las menores y fue subido. Bateó de .176 con ocho empujadas en 14 juegos en el último mes de la temporada. Fue incorporado al róster la semana pasada, en reemplazo de Jake Meyers, quien se lesionó el hombro izquierdo al chocar contra el muro durante el cuarto juego de la serie divisional.
González debutó en las mayores con los Astros en el 2012, la segunda de tres temporadas seguidas en las que el equipo perdió 100 juegos.
«Es algo que no le deseo a nadie», comentó el venezolano. «No es que no quieras jugar. No quieres ni siquiera presentarte».
González permaneció en Houston siete años y vio cómo pasaba a ser uno de los mejores equipos de las mayores.
No jugaba desde el último encuentro de la temporada regular, el 3 de octubre, cuando se ponchó en el tercer juego y murió en un elevado en el cuarto, siempre como bateador emergente.
Después de una visita al montículo del coach de lanzadores Rick Kranitz, González le tiró al primer lanzamiento, un cutter, y bateó una pelota de 71 millas por hora. La bola cayó a 235 pies (83) metros del plato y permitió anotar a Yuli Gurriel desde tercera y a Alex Bregman desde segunda.
«Fue algo poético», expresó Correa. «Me acuerdo del jonrón que pegó en el 2017, que nos levantó la moral. Y hoy, ese fue un hit tremendo».
La pelota cayó tan mansamente que Eddie Rosario la recogió con la mano libre tras un segundo pique y tiró a segunda. Minter sacudió su cabeza.
González se golpeó el pecho tras pasar la primera base para llegar a salvo a la segunda.
«Te sientes muy bien. Esta es parte de mi familia», expresó. «Los muchachos me recibieron como si nunca me hubiese ido».
Redacción SNPD con
información de LasMayores.com
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