El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, pidió hoy en su intervención en el Foro de Davos que Estados Unidos y China dejen de fomentar con su creciente división lo que él denomina «Gran Fractura», que, según los expertos, le podría costar a la economía global 1,4 billones de dólares.
«Nos arriesgamos a una desconexión de las dos mayores economías del mundo, una grieta de dimensiones tectónicas que podría crear dos normativas comerciales, dos divisas dominantes, dos redes de internet y dos estrategias de inteligencia artificial en conflicto», alertó Guterres en su discurso ante líderes económicos y políticos.
«Hay muchos aspectos en los que los lazos China-EEUU divergen, particularmente en cuestiones de derechos humanos y seguridad regional, pero es posible y es esencial que se comprometan juntos en acción climática, comercio y tecnología, para evitar esa desconexión e, incluso, la posibilidad de una futura confrontación», afirmó.
Guterres también reclamó a China y EEUU, junto al resto de los países del G20 en calidad de grandes emisores de gases de efecto invernadero, que se unan en torno a un pacto climático que incluya esfuerzos adicionales para no superar el límite de los 1,5 grados de aumento de la temperatura media del planeta.
DÉCADA CLAVE CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
La batalla por mantener ese límite fijado en el Acuerdo de París «puede ganarse o perderse en esta década, y por el momento la estamos perdiendo», advirtió el máximo responsable de la ONU, quien recordó que al ritmo actual este siglo se superarán los 2,8 grados de aumento, «con consecuencias devastadoras».
«Partes de nuestro planeta se volverán inhabitables, y para muchos esto será una sentencia de muerte», afirmó Guterres, quien se hizo eco de recientes revelaciones, según las cuales la petrolera Exxon ya sabía en los años 70 del siglo pasado que estábamos abocados al cambio climático pero no hizo nada para detenerlo.
«Como ocurrió con la industria tabacalera, pasaron de puntillas por sus propias conclusiones científicas, mantuvieron una gran mentira, y ahora sus responsables tienen que rendir cuentas, como en su día lo hicieron los del tabaco», declaró.
Guterres dibujó un sombrío panorama mundial, golpeado por diversas crisis simultáneas: con muchos países al borde de la recesión, inflación, economías aún no recuperadas de la pandemia y conflictos como el de Ucrania que «no sólo causa un sufrimiento indecible para los ucranianos sino que tiene profundas implicaciones globales».
CRISIS MÚLTIPLES EN UN MUNDO DIVIDIDO
«Todos estos desafíos están interconectados, se apilan como en un accidente múltiple de automóviles, y ya sería difícil encontrarles solución en mejores épocas, más ahora que el mundo está lejos de estar unido y en lugar de ello vive enormes niveles de división geopolítica y gran desconfianza», resumió.
El secretario general también pidió reformas de un sistema financiero mundial que «niega por sistema alivio de deuda y financiación de apoyo a países vulnerables que la necesitan desesperadamente».
Al sector empresarial privado global, le pidió que cree cambios en sus modelos y prácticas para que contribuyan a lograr los objetivos de desarrollo sostenible, entre ellos «expandir las oportunidades económicas de la mujer», «lograr igualdad en el reparto de vacunas» y «conseguir una seguridad alimentaria mundial».
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