Hepatitis A. Enfermedad Viral endémica que amenaza con convertirse en epidemia

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En nuestra comunidad hay enfermedades que son endémicas, o sea que no desaparecen totalmente sino que mantienen su aparición durante el año, pero cuyos brotes no sobrepasan la aparición esperada normalmente, cuando se sobrepasa el límite de lo esperado se convierten en epidemia.

Muchas personas inescrupulosas aprovechan estas situaciones para exagerar y aterrorizar a la población, no escapa esto al actual brote de la enfermedad conocida como Hepatitis Viral Tipo A, y hacen de los mitos sobre ella noticia de primera página, para aumentar el psicoterror, del cual disfrutan ellos, refiriéndola como una enfermedad fulminante.

Aparte de esto, muchos no saben discernir entre la propia enfermedad viral y los toques hepáticos que producen enfermedades de otra índole cuya toque sistémico afecta indudablemente al hígado, siendo esta hepatitis secundaria a la enfermedad que en ese momento padece el paciente pero no debe ser interpretada a la producida por el virus de la Hepatitis Viral, y entonces expresan lo siguiente ”ah no, lo que tiene es una Hepatitis”, así sea una septicemia, un paludismo o un dengue que este padeciendo el paciente.

 Las Hepatitis Virales, su clasificación y estudio ya está bien establecido de acuerdo a la vía de contagio, evolución y tratamiento, según sea el tipo de Hepatitis Viral, que van desde la A hasta la E.-

El virus que produce la Hepatitis A es un virus ARN que pertenece a los enterovirus (virus adquiridos de forma fecal oral).Una vez que infecta a la persona por esta vía, fecal oral(aguas, comidas contaminadas, contacto con objetos contaminados con heces que contengan el virus),el virus se replica en el hígado(es hepatotrofico) siendo eliminados los virus en abundantes cantidades a través de las heces dos semanas antes de que se manifieste la sintomatología en el paciente.

La fase de incubación, desde que la persona ingiere el virus hasta la manifestación de la enfermedad va desde los 15 a 50 días (de allí que muchas personas que han ido a playas, ríos o piscinas contaminadas refieren haber ido a estos sitios un mes o más días antes).

En nuestro medio no es muy difícil pensar que el virus debe estar llegando a la población a través del agua “potable” de consumo masivo que llega por las tuberías a nuestros hogares (cuando llega). El diagnóstico es fundamentalmente clínico.

La persona puede ponerse ictérica (amarilla) o no (anicterica), con coloración amarillenta de las conjuntivas, la elevación importante de las enzimas hepáticas (transaminasas oxaloacetica y la transaminasa pirúvica) precede al inicio de la sintomatología y tiene un pico máximo 3 a 10 días después de iniciado los síntomas.

El paciente se queja de dolor en la zona del hipocondrio derecho (zona hepática), puede presentar orinas oscuras (coluria), parecida al color del té o “color Pepsi cola”. Una vez desarrollada la hepatitis disminuye la infectividad del virus hacia la segunda semana de su aparición.

El diagnçostico etiológico se establece por métodos serológicos, prevaleciendo la IgG por toda la vida, como memoria inmunológica de que alguna vez padeció la Hepatitis Viral tipo A, dejando inmunidad permanente para toda la vida.

En general el cuadro clínico es moderado y autolimitado, que evoluciona en pocas semanas con recuperación completa. Ocasionalmente, un pequeño porcentaje de Hepatitis A ictéricas evoluciona hacia una hepatitis fulminante. Algunos casos pueden evolucionar hacia una hepatitis recurrente, colestasica, incluso algunas pueden manifestarse acompañando a fenómenos autoinmunes.

El tratamiento es sintomático, no existe tratamiento específico, de allí que es de gran utilidad la profilaxis y prevención, por lo que es útil las medidas higiénicas y sanitarias, como el uso de la gammaglobulina y la vacuna específica contra el virus de la Hepatitis A.

La vacuna actualmente disponible está indicada en mayores de 12 meses de edad, siendo altamente inmunogenica con una respuesta protectora del 95 al 100% de los pacientes tras la primera dosis. Se recomienda una dosis de refuerzo a los 6 a 18 meses de la primera dosis.

Dentro de las medidas preventivas y profilácticas aparte del uso de las vacunas y de las gamma globulina especifica anti Hepatitis A, respectivamente, están la medidas de higiene de los alimentos  y del uso del agua potable para consumo humano y para la higiene personal.

 

Hasta la Próxima.

Dr. Hugo  Lezama Hernández.

Puericultor Pediatra. Egresado de la Universidad de Oriente (UDO).

Miembro de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría. Filial Bolívar.

 

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