Seis días después de perder la final de Basilea, el danés Holger Rune, de 19 años, se tomó la revancha ante el canadiense Felix Auger-Aliassime, al que ganó por 6-4 y 6-2, y se clasificó en París para su primera final de un Masters 1.000, en la que le espera el serbio Novak Djokovic o el griego Stefanos Tsitsipas.
Además de al canadiense (n.8), el vencedor en Estocolmo y Múnich ya ha eliminado en el torneo de París-Bercy a otros tres ‘top-10’: su colega español de generación Carlos Alcaraz (n.1) -retirado por lesión-, el ruso Andrey Rublev (n.9) y el polaco Hubert Hurkacz (n.10).
El imberbe Rune fue un martillo y, durante la hora y 27 minutos que duró el choque, castigó con 19 golpes ganadores, un servicio agresivo y un excelente porcentaje defensivo (44 %) a uno de los jugadores más en forma del circuito, Auger-Aliassime.
«No lo dejé jugar desde el comienzo», contó en declaraciones a pie de pista el danés, obnubilado ante la agitación de los casi 15.000 espectadores del Accor Arena.
El prodigio danés, actual número 18 del mundo, se garantiza como mínimo llegar al duodécimo puesto. Y si gana mañana en la pista rápida de Bercy, llegará al décimo lugar de la ATP, y con solo 19 años (es seis días más mayor que Alcaraz).
El ganador del Roland Garros juvenil en 2019 ha vencido este año en Estocolmo y Múnich, y ha jugado las finales en Sofía y Basilea. Jugó además los cuartos de Roland Garros, donde cedió ante Casper Ruud.
«Intento no pensar mucho en ello (…) lo que tengo es que disfrutar», aseveró con un hilo de voz el tímido Rune sobre su increíble momento de forma.
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