No termina de encontrar un buen rendimiento en arcilla el jugador de Moscú superado por 7-6(1), en una hora y treinta y ocho minutos por un rival ahora instalado en el puesto 121 del mundo y con las semifinales en Pune como resultado más reseñable en lo que ve de 2023.
Una vez más Medvedev no pudo disimular ni la incomodidad ni la devaluación de sus prestaciones en la pista cada vez que pisa el polvo de ladrillo. Tampoco su actitud cambió un ápice, ni el cara a cara con el público o con el juez de silla, con el que mantuvo más de un intercambio de pareceres.
Aspiraba el número tres del mundo a alcanzar por cuarta vez seguida, los cuartos de final de un Masters 1000 tras Indian Wells, Miami y Montecarlo. Pero no pasó de octavos en Madrid, su tope hasta ahora, superado por Karatsev, con el que ya había tropezado en el Masters 1000 de Roma, en el 2021.
Medvedev, que sobrevivió a su compatriota Alexander Shevchenko en tercera ronda, no tuvo recursos para plantar cara a Karatsev, al que solo ha podido ganar en hierba en los enfrentamientos previos. Karatsev, más concentrado y cómodo que su rival, cumplió con su objetivo y se situó entre los ocho supervivientes del torneo.
Celebró su éxito a la espera de un rival que saldrá del duelo entre el chino Zhinzhen Zhang y el estadounidense Taylor Fritz mientras Medvedev abandonaba el torneo entre abucheos.
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