Se ha hablado mucho sobre la historia de la “Reina Pepiada” (arepa criolla, rellena de ensalada de pollo, mayonesa y otros ingredientes, pero… en esta ocasión el tema  va a ser diferente.

…en lo que hoy día es el pasaje Galerías Bolívar, cercano al Gran Café en Sabana Grande, se estableció II Piccolo Bar, cercano a la Pompadour, el cual regentaba la franco argentino Lidia First.

De este cabaret surgieron dos figuras de las tablas: la cantante criolla Adilia Castillo, que se inició bailando allí, y la argentina Isabel Martínez (María Estela Martínez Carta), que también fue bailaría en el Pasapoga y luego, presidenta de Argentina (con el apellido de Juan Domingo Perón).

Hacia el Oeste  del Café, partiendo de la esquina noroeste de la Torre Domus hasta lo que fue el inolvidable Toni (en la Plaza Venezuela), local donde se dieron espectaculares veladas y carnavales con negritas y donde el ruiseñor de las Americas, Don Pedro Vargas se despidió de Caracas (antes de Toni Grandi mudar su negocio al lado del Cine Lido, lo cual hizo en el año 1965).

Se extendía la corta pero sofisticada Gran Avenida, con sus salones de té, comercios y audaces lugares para el trasnocho y hasta para el oportuno taquito postragos.

Allí la célebre “Madame” dirigía las operaciones y las discretas revistas musicales del Tout Paris, (“Todo Paris”) siempre sigilosamente observada, entre densas bocanadas de humo, provenientes de su sempiterna boquilla, por el enigmático calabrés marsellés Francois Noel (realmente, Ponzio).

En ese entonces, los trasnochadores caraqueños iban a comer “tostada” del estribo al negocio de los Hermanos Álvarez, vecinos inmediatos del Todo París, donde nació la reina Pepiada, así bautizada en 1955, en honor a Susana Djuim, y donde los clientes de ese cabaret recuperaban la sobriedad antes de salir a su destino para, ya despabilados, determinar las cantidad de lo gastado bajo los efectos etílicos o del monto de la exacción de la cual habían sido víctimas voluntarias por parte de alguna despampanante vedette del staff de la Madame.

   En relación a estos exuberantes locales nocturnos, siempre se comentó que Evita, trabajaba en uno de ellos, como bailarina, cantante, actriz etc. Mientras Juan Domingo Perón, viviendo en Caracas como exiliado político, cuando llegó de Panamá, vía Nicaragua y Maracaibo, hasta enero del 58; cuando el derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez, lo hizo partir a Republica Dominicana, frecuentaba todos los sectores de la parroquia el Recreo, entre ellos Sabana Grande, donde incluso fue visto en más de una ocasión en el  llamado malamente el “callejón de la puñalada”

 El primer lugar donde vive Perón es en un apartamento en la avenida Andrés Bello, junto con Isabel Martínez (bailarina, argentina que conoció en Panamá) luego, más tarde se muda a una bella quinta en El Rosal, donde a pesar de la protección provista por el régimen militar, especialmente a través del Máximo Jefe, Director de la extinta Seguridad Nacional, Pedro Estrada, sufre un atentado el 25 de mayo de 1957, conmemoración de la Independencia de Argentina.

Su carro, un Opel de color claro, explotó, destrozándolo todo en la parroquia Candelaria, entre las esquinas de Venus a Paradero, donde por suerte por no estar en su interior sale ileso, de todas maneras comenzó a preparar sus maletas, ya olía a golpe de estado, en enero del 58, cuando las turbas del pueblo caraqueño lo buscaban, lo creían asesor de la policía represora, Seguridad Nacional, para sofocar las revueltas. Rápidamente busco la manera de volar inmediatamente hacia la Republica Dominicana, donde lo esperaba Rafael Leónidas Trujillo “Chapita”.

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