Las autoridades iraníes afirmaron este viernes que ha subido la participación a media mañana en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, después de que en la primera ronda se registrase el número de votos más bajo en la historia de la República Islámica, con un 39,9 %.
Los iraníes eligen hoy entre el reformista Masoud Pezeshkian, quien busca una apertura del país, y el ultraconservador Saeed Jalili, opuesto a Occidente, para suceder al presidente Ebrahim Raisí, quien murió en un accidente en mayo.
“Ha aumentado la participación del querido pueblo en comparación con la primera vuelta a esta misma hora”, dijo el portavoz de la Comisión Electoral iraní, Mohsen Eslami, en una rueda de prensa televisada.
“Esperamos que esto continúe de esta manera y seamos testigos de una buena participación”, añadió el funcionario.
A primera hora de la mañana, el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, expresó su deseo de que acudiese a las urnas un alto número de los 61 millones de personas que forman el electorado.
“He escuchado que el entusiasmo ha aumentado entre los ciudadanos. Ojalá que así sea. Si Dios quiere, nuestro querido pueblo podrá votar y elegir al mejor”, dijo la máxima autoridad política y religiosa del país.
República Islámica
La República Islámica siempre ha dado mucha importancia a la participación como prueba del apoyo popular y de su legitimidad.
En la primera vuelta del 28 de junio se registró la participación más baja en la historia de la República Islámica de Irán, con solo un 39,9 % de los votantes que acudieron a las urnas, por debajo del 48,7 en 2021 y el 73 % de 2017.
Ese dato muestra el escepticismo y la apatía que reina entre el electorado en medio de una economía lastrada por una inflación del 40 %, un devaluado rial y un 20 % de desempleo joven.
A ello se suma el desencanto de muchos iraníes, especialmente jóvenes, con la República Islámica ante la falta de las libertades sociales.
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