Jerusalén.- La policía israelí ha reforzado su presencia y está en alerta en todo el país cuando los palestinos y árabes-israelíes celebran hoy 74 años de la Nakba, día en que conmemoran la pérdida de su patria y el desplazamiento de miles de palestinos tras el nacimiento del Estado de Israel en 1948.

Este año, la Nakba coincide con el funeral de Walid al Sharif en Jerusalén, quien falleció el sábado semanas después de haber resultado herido con balas de goma durante las cargas policiales en la Explanada de las Mezquitas en el tercer viernes de Ramadán; y en un contexto de creciente tensión.

Desde finales de marzo han tenido lugar en Israel seis ataques cometidos por palestinos o árabes-israelíes, causando 18 muertos; mientras que las redadas y operaciones de «contraterrorismo» del Ejército israelí en Cisjordania ocupada como respuesta, han dejado una cincuentena de palestinos muertos, algunos de ellos civiles desarmados como la periodista palestina de la cadena catarí Al Yazira Shireen Abu Akleh, enterrada en Jerusalén el viernes.

El movimiento islamista palestino Hamás hizo ayer un llamamiento para que los palestinos acudan hoy en masa a la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado del islam y ubicado en la Explanada, con motivo de la Nakba y contrarrestar los intentos de colonos judíos de realizar sacrificios animales en el recinto por la «segunda Pascua», que se celebra estos días.

«Los llamados de grupos radicales para asaltar Al Aqsa el domingo, en el aniversario de la Nakba, bajo la protección de las autoridades de ocupación israelíes, son una grave escalada destinada a ofender los sentimientos del pueblo palestino y el mundo árabe y musulmán, así como de impulsar un conflicto abierto del que la ocupación tendrá toda responsabilidad», afirmó anoche el portavoz de Hamás en Gaza, Hazem Qasem.

Según el status quo que rige desde 1967, pactado por Israel y Jordania -que custodia el lugar-, el culto en la Explanada de las Mezquitas está reservado para los musulmanes, mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes al recinto, donde ellos ubican el Monte del Templo, el lugar más sagrado para el judaísmo donde se cree que se ubicaron los templos de Salomón y Herodes.

El Gran Rabinato de Israel no recomienda el rezo en el máximo lugar sagrado, sino que debe hacerse en el cercano Muro de las Lamentaciones; aunque en los últimos algunos rabinos han cambiado esas posturas alentando que miles de colonos se cuelen en el recinto como visitantes y recen a escondidas, lo que ha exacerbado las tensiones.

Por ello, la policía ha reforzado la seguridad particularmente en Jerusalén y en la Explanada de las Mezquitas, aunque también se esperan manifestaciones en otros puntos de Israel con importantes comunidades árabes, como Nazaret, Haifa o en barrio de Yaffa en Tel Aviv, ciudad en la que está prevista una ceremonia en la universidad.

También hay manifestaciones previstas en ciudades de Cisjordania ocupada, como Ramala o Jericó, mientras que la organización judía derechista «Im Tritzu» ha convocado contramanifestaciones para denunciar «la mentira de la Nakba».

Se estima que unos 750.000 palestinos tuvieron que huir de sus hogares durante la Nakba, desde 1946 -cuando comenzaron las guerras entre árabes y judíos- hasta mayo de 1948, cuando se creó el Estado de Israel, convirtiéndose en refugiados a los que pronto se les negó en derecho al retorno.

EFE

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