“En aquel tiempo, Juan se encontraba de nuevo en el mismo lugar con dos de sus discípulos. Mientras Jesús pasaba, se fijó en él y dijo: «Ese es el Cordero de Dios.» Los dos discípulos le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les preguntó: «¿Qué buscan?» Le contestaron: «Rabbí (que significa Maestro), ¿dónde vives?» Jesús les dijo: «Vengan y lo verán.» Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran como las cuatro de la tarde. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que siguieron a Jesús por la palabra de Juan. Enco04ntró primero a su hermano Simón y le dijo: «Hemos encontrado al Mesías», que significa el Cristo. Y se lo presentó a Jesús. Jesús miró fijamente a Simón y le dijo: «Tú eres Simón, hijo de Juan, pero te llamarás Kefas», que quiere decir Piedra.”

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana, Venezuela

La Iglesia universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a Santa Ángela de Foligno, que ha sido llamada la Mística de la Pasión de Cristo. Y fue tan grande el amor que adquirió hacia la Pasión y Muerte del Señor, que le bastaba mirar una imagen de JESÚS doliente u oír hablar de su Santísima Pasión para que se enrojeciera su rostro y quedara como en éxtasis. En visiones se la puede comparar a Santa Teresa y a Santa Catalina. Murió el 4 de enero de 1309 en Foligno, Italia, donde había nacido en 1248.

Y la liturgia de hoy nos presenta al Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Juan capítulo 1, versos del 35 al 42, En el que se narra las acciones del tercer día del Ministerio de JESÚS. Donde entran en escena los primeros discípulos, que abandonan a Juan el Bautista para ir detrás de un nuevo Rabbí, es decir para ir tras los pasos de JESÚS de Nazaret.

El Evangelista recuerda la primera pregunta de JESÚS: ¿Qué buscan? (Jn 1,37) JESÚS repetirá esta misma pregunta al comenzar Su Pasión (Jn 18,4) y al Resucitar de entre los muertos (Jn 20,15). Y es la misma pregunta que la comunidad cristiana hace a todo aquel que quiere recibir el Bautismo y hacerse discípulos de JESÚS: ¿Y tú que buscas? ¿A quién buscas?

Sin lugar a dudas que el relato de este Evangelio es claramente vocacional. Y nos ayuda a entender que la vocación no es un llamamiento deshumanizado, sino que adquiere consistencia en las relaciones humanas más naturales, como la de compartir la casa donde se vive. También nos deja claro que la vocación y el compromiso cristiano, es un llamamiento explícito de DIOS, en el que Él siempre toma la iniciativa y queda en manos del llamado el responder o no a ese llamado.

Por eso es que en el texto se destacan una serie de palabras claves que se desprenden de las dos actitudes básicas del discípulo: “buscar y seguir”, más una triple recompensa: “encontrar, ver y permanecer”. El binomio: “buscar-encontrar” es muy significativo, si lo relacionamos con la Sabiduría Bíblica (Sab 6,12-16). La Sabiduría al igual que JESÚS, se deja encontrar por quienes la buscan. La Sabiduría se deja encontrar “desde la mañana”, a la hora en que Simón encuentra a JESÚS y se pone en camino, y desde entonces toma una nueva identidad la de PEDRO.

Al confrontarnos con el texto, y ver el testimonio de los primeros discípulos: “hemos encontrado al Mesías” (Jn1,41), que sigue siendo una invitación permanente para que todos los bautizados emprendamos el Anuncio del Tiempo Nuevo, con nuestras palabras, pero sobre todo con nuestro testimonio de vida. Porque no se puede decir que somos cristianos, si no damos a conocer al mundo la belleza y la grandeza del AMOR de DIOS, solidario con la humanidad, que nos ha Revelado a JESÚS.

Y es que ser cristiano hoy, es ser testigo en mundo cargado de calamidades y de desencuentros. Por eso es necesario que el compromiso de Fe que adquiramos, no sea un simple recuerdo racional o histórico, sino más bien una experiencia existencial. Ya que JESÚS, no es simplemente un personaje del pasado, sino el VIVIENTE que está presente en todos los hombres y mujeres que se adhieren a la Voluntad del PADRE, que quiere la Dignificación y la Salvación de toda la humanidad.

 Señor JESÚS, Danos el discernimiento necesario para entender que nuestra vocación y compromiso cristiano, es un llamamiento explícito Tuyo, en el que la iniciativa la tomas Tú y queda en manos de nosotros el responder o no, a ese llamado.

Amén

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