Londres.- Los abogados de la junta del Banco Central de Venezuela (BCV) designada por Nicolás Maduro y los de la nombrada por el opositor Juan Guaidó ultiman este lunes sus argumentos ante el Tribunal Superior de Londres a fin de conseguir el control sobre el oro venezolano depositado en el Banco de Inglaterra.

El letrado del bando de Maduro, Richard Lissack, tuvo el primer turno de palabra para resumir sus alegatos, antes de que lo hiciera Andrew Fulton, de la parte de Guaidó, que continuará tras la pausa del almuerzo.

Se espera que al término de la jornada, que culmina un juicio de cuatro días, la jueza Sara Cockerill, de la división comercial del Superior, indique aproximadamente cuándo prevé pronunciar su dictamen, que no será inmediato.

Lissack defendió que la Justicia inglesa debe dar por buenas las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ) que anularon los nombramientos de Guaidó a su junta «ad hoc» del BCV y al cargo de procurador «especial», ocupado ahora por Enrique José Sánchez Falcón.

Fulton por su parte defiende que esos fallos anulatorios no son aplicables en Inglaterra porque -sostiene- el TSJ es una institución ligada al Gobierno de Maduro, a quien el Ejecutivo del Reino Unido no acepta como presidente de Venezuela, pues desde 2019 solo reconoce a Guaidó de forma interina.

Si Cockerill concluye que las sentencias del Supremo caraqueño son vigentes en jurisdicción inglesa, será la junta de Maduro la que podrá gestionar las reservas de 31 toneladas de oro. Si, en cambio, considera que no deben ser reconocidas, será la de Guaidó la que obtenga el control.

Lissack recordó a la magistrada que este caso es de «una enorme gravedad» y tendrá «reverberaciones», pues sienta precedente en el derecho británico, y le pidió que ejerza «cautela» al pronunciarse y no se base en las «generalizaciones» y «habladurías» esgrimidas por la otra parte sobre la situación política en Venezuela.

El abogado subrayó que este litigio no es «un juicio sobre el Gobierno de Maduro» sino sobre qué junta puede dar instrucciones al Banco de Inglaterra y señaló que la de Guaidó no tiene poder real y «no responde ante nadie».

Sostuvo que los testigos que él ha presentado, entre ellos el exmagistrado del TSJ Francisco Carrasquero y el actual presidente del BCV, Calixto Ortega -que declaró por escrito, aunque estaba en la sala-, demostraron que el Supremo y el banco central venezolanos son entidades «independientes» del Ejecutivo.

Lissack también apuntó que sus testigos vienen avalados por una reconocida carrera en sus campos mientras que, según él, los elegidos por Fulton, entre ellos el propio Sánchez Falcón, son «partidistas» y no tienen siquiera la experiencia para los cargos que ocupan en la junta «ad hoc», además de que ni siquiera viven en Venezuela.

Fulton rebatió a esto que los componentes de la junta de Guaidó deben reunirse por videoconferencia y no pueden visitar Venezuela porque afrontan ser detenidos, al tiempo que acusó a los testigos del oficialismo de haberse ceñido a «un guión».

 

EFE

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