Washington.- La protección a la Amazonía en Brasil, la paz en Colombia y la migración centroamericana a EE.UU. serán los ejes centrales del periodo de sesiones que hoy inicia la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el organismo que vigila los derechos humanos en las Américas.

Su secretario ejecutivo, Paulo Abrao, explicó a Efe que las audiencias tendrán una misma columna vertebral: la migración, el asilo y los intentos de los Estados para restringir ese derecho.

Los Gobiernos de Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador tendrán que rendir cuentas por la aplicación de un programa llamado «Permanezcan en México», que obliga a los migrantes centroamericanos a esperar en territorio mexicano a que se resuelvan sus casos de asilo en EE.UU., un proceso que puede extenderse durante años.

Y, además, el Ejecutivo peruano deberá explicar por qué en junio cambió su postura ante la migración procedente de Venezuela y comenzó a pedir a los venezolanos una visa humanitaria (además del pasaporte) para ingresar en Perú, una medida rechazada por grupos como Amnistía Internacional (AI).

¿Es la migración el desafío más importante al que se enfrenta Latinoamérica? En opinión del brasileño Paulo Abrao, quizás no sea el más importante, pero sí el de mayor envergadura.

«Es el desafío más masivo. La verdad es que es muy difícil caracterizar qué es lo más importante en una región donde hay asesinatos de defensores de derechos humanos, donde tenemos desafíos como es el tema de los pueblos indígenas en la Amazonía, que es un tema de impacto global», reflexionó Abrao.

Como es tradición, las audiencias de este 173 periodo funcionarán de la siguiente forma: los defensores de derechos humanos harán sus denuncias, los Gobiernos intentarán justificar sus decisiones y la CIDH dará recomendaciones. En muchos casos, esta es la única oportunidad que tienen los activistas para pedir explicaciones al Estado.

En este periodo, aparte de la migración, estos serán los cuatro agrandes temas:

1. LOS GUARDIANES INDÍGENAS DE LA AMAZONÍA EN BRASIL

En el corazón de la Amazonía brasileña, se esconden 100 pueblos indígenas que han elegido vivir asilados del exterior, en lo que supone la mayor concentración mundial. Sin embargo, los recientes fuegos han devorado sus tierras ancestrales y, ahora, se ven obligados a acudir a la CIDH para reclamar sus derechos.

El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, defiende que los incendios son un asunto «soberano» de Brasil y no competen al resto de naciones u organismos internacionales.

Pero, a juicio de Abrao, ese enfrentamiento entre la soberanía del Estado nación y la comunidad internacional es un «falso dilema»: los Gobiernos tienen que cumplir con sus compromisos internacionales, como el respeto a los pueblos indígenas.

2. «COLOMBIA NO PUEDE PERMITIRSE RETROCEDER»

La CIDH tiene una posición muy «contundente» con respecto a la paz en Colombia y el asesinato de líderes sociales: el Gobierno del presidente colombiano, Iván Duque, «inmediatamente» tiene que tomar «medidas rápidas» para proteger el proceso de paz de 2016 con la antigua guerrilla de las FARC, ahora partido político.

«Colombia no puede permitirse retroceder», opinó Abrao. «Este es un tema que no es de interés exclusivo para Colombia y los colombianos, toda nuestra región necesita de un proceso de paz en Colombia que sea eficiente y que alcance sus resultados. Ya son 50 años de conflicto», subrayó.

La paz de Colombia sufrió su más duro golpe el 29 de agosto cuando el que fuera jefe negociador de las FARC, Luciano Marín, alias «Iván Márquez», anunció que volvía a las armas como cabeza de un grupo de disidentes en respuesta a la «traición del Estado» al acuerdo de La Habana.

3. VENEZUELA, A GUAIDÓ LE TOCA ASUMIR RESPONSABILIDAD EN LA CIDH

La CIDH como órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA) reconoce la autoridad del Gobierno «encargado» del líder opositor venezolano, Juan Guaidó; pero también considera que el Ejecutivo «de facto» de Nicolás Maduro tiene responsabilidades, según Abrao.

«Hay dos tipos de responsabilidad», argumentó el secretario ejecutivo de la CIDH. Por un lado, Maduro es responsable de las supuestas violaciones de derechos humanos cometidas por las Fuerzas Armadas y la Policía, que están bajo su control. Y, por otro lado, Guaidó debe dar explicaciones por otras ofensas y proponer soluciones.

«Asumir responsabilidades de Gobierno implica consecuencias, una de ellas es atender los compromisos internacionales», afirmó Abrao.

Maduro no reconoce las competencias de la CIDH por su vinculación con la OEA, órgano del que se retiró en abril; pero la Comisión sigue enviando notificaciones a su cancillería. «Espero que alguien esté allá leyendo», bromeó Abrao.

4. NICARAGUA, EN ESTADO DE «EXPECTATIVA»

Qué puede ocurrir en Nicaragua es una incógnita. El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, ha usado la represión de manifestaciones y el cierre de los medios de comunicación para acallar con éxito las protestas que le pusieron en jaque el año pasado y que segaron 325 vidas, según cifras de la CIDH.

«Yo pienso que Nicaragua está en un estado de expectativas, toda la gente está esperando a ver qué pasa», afirmó Abrao.

Periodistas y miembros de la comunidad campesina nicaragüense acudirán esta semana a Washington a pedir ayuda; pero, en este caso, la capacidad de mediación de la CIDH es muy limitada, puesto que el principal interlocutor, el Gobierno de Ortega, probablemente ni siquiera hará acto de presencia.

Beatriz Pascual Macías EFE

 
 

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