Fernando Pajares
Madrid (EFE).- Las decisiones que Estados Unidos tomará sobre la multinacional española Repsol en Venezuela se producirán «muy pronto» y «serán positivas», según declararon hoy a Efe fuentes gubernamentales.
Esta aclaración se produce un día después de que el representante especial de EEUU para Venezuela, Elliott Abrams, dijera el jueves en rueda de prensa que «habrá decisiones desde Washington (sobre Repsol) en los próximos días».
La ambigüedad de esta afirmación hizo temer que tales «decisiones» podrían causar algún tipo de perjuicio a la gran empresa energética y petroquímica española, con una importante presencia en América Latina.
Durante una breve gira por Lisboa y Madrid, Abrams se reunió el pasado miércoles con el secretario general de Asuntos Internacionales en Moncloa, José Manuel Albares, y con el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, en el Ministerio de Asuntos Exteriores.
También conversó con el expresidente del Gobierno español Felipe González, a quien el enviado estadounidense consideró un interlocutor informado y con criterio sobre América Latina.
La reunión entre Abrams y los altos funcionarios españoles se centró en la grave crisis de Venezuela, donde coexisten el régimen autoritario del presidente Nicolás Maduro y el presidente interino Juan Guaidó, reconocido como tal por, entre otros, Estados Unidos, diecinueve países de la Unión Europea -España incluida-, y once latinoamericanos del llamado Grupo de Lima.
Entre los temas que discutieron ambas partes estuvo la presencia de Repsol en Venezuela, que Abrams presentó al día siguiente, jueves, ante los periodistas reunidos en la embajada de EEUU en Madrid como un asunto que «para el Gobierno español es muy preocupante».
Su referencia a «las decisiones que se tomarán en Washington durante los próximos días» fue recogida por varios medios de comunicación españoles.
Un portavoz de Repsol consultado por Efe declaró que la empresa no hacía comentario alguno sobre las declaraciones de Elliott Abrams, que algunos analistas interpretaron como signo de inquietud habida cuenta las sanciones económicas que el presidente Donald Trump ha decidido aplicar a Venezuela para forzar la salida de Maduro.
Repsol anunció a finales de febrero, al presentar su informe anual, que había provisionado 1.159 millones de euros ante posibles riesgos debidos a la crisis en Venezuela.
Por lo demás, el representante especial de Washington afirmó en la citada rueda de prensa que EEUU apuesta por la presión contra el régimen de Maduro, aunque mantiene sobre la mesa una posible intervención militar para quitarle el poder.
Abrams denunció que, de momento, «la única presencia militar extranjera (en el país sudamericano) son las tropas cubanas, sus agentes de inteligencia, y ahora los rusos».
Sin embargo, Estados Unidos -insistió- «está teniendo ahora una posición pacífica a base de presiones políticas, diplomáticas y financieras».
Abrams añadió: «Tenemos, junto con la UE, el mismo objetivo, cual es la restauración de la democracia y las elecciones libres», si bien apreció como única diferencia el hecho de que EEUU considera que «la única negociación con Maduro es su salida».
También mencionó, con cierta ironía, a Cuba y Rusia como posibles países de destino de Maduro y su círculo más cercano en caso de que se vea obligado a abandonar el territorio nacional.
Por su parte, el ministerio español de Exteriores emitió un comunicado en el que, si bien asegura que España comparte con EEUU su «preocupación» por la gravedad de la situación, deja claro que «la crisis de Venezuela requiere una solución política, pacífica y democrática que excluya categóricamente el uso de la fuerza».
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