Desde hace algunas semanas, las tormentas solares han generado fallas en sistemas de telecomunicaciones y alteraciones magnéticas en el fondo del océano.
La actividad solar ha alcanzado niveles excepcionales, creando espectaculares auroras y afectando la tierra y sus profundidades marinas.
Auroras y erupciones solares
Las tormentas solares se originan en las manchas solares, áreas frías y oscuras en la superficie del Sol con campos magnéticos fuertes.
Cuando estos campos se reorganizan o cruzan, liberan energía en forma de erupciones solares.
Estas emiten partículas y radiación al espacio, creando eyecciones de masa coronal (CME) que alteran el campo magnético de los planetas.
Espectáculo celestial y perturbaciones geomagnéticas
Las partículas solares interactúan con nuestra atmósfera, generando hermosas auroras. El oxígeno emite luz verde y roja, mientras que el nitrógeno brilla en azul y púrpura.
El 10 de mayo, una tormenta geomagnética de nivel G5 impactó la Tierra, afectando redes eléctricas, satélites y sistemas de navegación.
Además, el 14 de mayo, una erupción solar de clase X8.7 fue la más grande del ciclo solar 25.
El océano también siente el impacto
La última gran tormenta solar no solo iluminó el cielo con auroras, sino que también afectó las profundidades del océano.
Las brújulas magnéticas de los observatorios submarinos registraron una distorsión temporal del campo magnético de la Tierra.
A 2,7 kilómetros de profundidad, en el Pasaje Folger cerca de Vancouver, la dirección de la brújula varió entre +30 y -30 grados.
¿Terremotos o llamaradas solares?
Los expertos inicialmente consideraron terremotos submarinos como causa, pero la duración y simultaneidad de los cambios en diferentes lugares apuntaron a la actividad solar.
Alex Slonimer, especialista en datos científicos de Ocean Networks Canadá, investigó y confirmó la relación con las llamaradas solares.
El futuro solar
Aunque no se puede predecir cuándo ocurrirá la próxima gran tormenta geomagnética, los astrónomos creen que el máximo solar llegará este año o el siguiente.
Las manchas solares, indicadores de actividad, seguirán siendo clave para anticipar futuras eyecciones de partículas.
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