“En aquel tiempo, Jesús se fue a orar a un cerro y pasó toda la noche en oración con Dios. Al llegar el día llamó a sus discípulos y escogió a doce de ellos, a los que llamó apóstoles: Simón, al que le dio el nombre de Pedro, y su hermano Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, apodado Zelote, Judas, hermano de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Bajó con ellos y se detuvo en un lugar llano. Había allí un grupo impresionante de discípulos suyos y una cantidad de gente procedente de toda Judea y de Jerusalén, y también de la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades; también los atormentados por espíritus malos recibían curación. Por eso cada cual trataba de tocarlo, porque de él salía una fuerza que los sanaba a todos”.  

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela

 La Iglesia Universal celebra la fiesta la Fiesta del Santísimo Nombre de María, Luz que ilumina el mundo. Dios ha elegido a una joven mujer que tiene un nombre concreto (Lucas 1,27) y con su obra en ella ha querido Revelarnos Su Amor profundo por la humanidad. Cuando se escucha en el Evangelio de Lucas una expresión tan bella como la del ángel que fue enviado donde «una joven virgen llamada María», hay que pensar también en cómo Dios pronuncia nuestro nombre, y nos remite inmediatamente a la vocación bautismal de cada uno de nosotros. Porque María es espejo y prototipo para cada uno de los que nos consideramos seguidores de JESÚS.

En la liturgia del día meditamos los textos: Col 2,6-15; Sal 144; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Lucas capítulo 6, del verso 12 al 19. en el que se narra el itinerario de un día de la vida de JESÚS: ora, selecciona a sus colaboradores más íntimos de la multitud de sus seguidores y luego los enseña cómo deben asumir su Misión de Testigos de las Buenas Nuevas. Es importante destacar que el número doce, es simbólico, porque con ese número se hace referencia a las doce Tribus de Israel, y con los Doce Apóstoles JESÚS, Inaugura el Nuevo Pueblo de DIOS.

El itinerario que presenta la narrativa está estructurado de la siguiente manera: un primer paso, ha sido el encuentro con JESÚS, que ha acontecido por diversas vías. Luego viene el seguimiento dentro de la multitud o en el grupo más reducido de allegados al Maestro. En este seguimiento son constituidos discípulos y avanzado este proceso, después de una oración y de un discernimiento JESÚS, hace la elección de sus más íntimos colaboradores: los Doce Apóstoles. El grupo de elegidos es heterogéneo en su procedencia e intereses, pero JESÚS le da unidad en torno al Anuncio del Reino de DIOS. La tarea consistirá en prolongar, multiplicar y fortalecer la Misión de JESÚS.

Así que hoy nos corresponde meditar sobre el envío a la evangelización, que es el rasgo fundamental del discípulo de JESÚS, y que muchas veces no sabemos valorarla, porque con frecuencia miramos más los títulos y los cargos, que las implicaciones y las responsabilidades que este llamado acarrea. De allí que sea muy pertinente mirarse en el espejo de quienes acaban de ser constituidos como Apóstoles, los cuales han hecho un largo proceso de preparación para asumir esa condición, dejando a un lado sus apegos y statu personales que algunos de ellos tenían

Al confrontarnos con el texto vemos que, los primeros seguidores de JESÚS, eran personas muy sencillas, necesitadas de sanación, que andan en la búsqueda del encuentro personal y comunitarios con el DIOS que había liberado al pueblo de Israel para sellar con ellos una Alianza de Amor, lo que los hace ser dignos representantes de los “Anawin”, es decir el pequeño resto de Israel con los cuales YAHVEH Sellará Su Nueva Alianza (Jr. 31,33).

Y que el Maestro con sus acciones de vida comunitaria, es decir Él junto a sus seguidores, nos dice que el Reino de DIOS, no es una cuestión de individualismo, de mesianismo y menos de autoritarismo. Ya que el Reino de los Cielos es esencialmente comunitario, en el que se vive el Gozo entre todos los que nos Configuramos con JESÚS, y donde “los más importantes son los servidores del resto de la comunidad” (Lc 9,48).

También se destaca la necesidad de hacer un proceso en el que la compañía y la presencia de JESÚS, marque la pauta en las decisiones fundamentales, las cuales hay que lograrlas a través de la oración y el discernimiento. Por eso es que hoy es el día para preguntarnos: ¿Cada vez que vamos a tomar una decisión trascendental para nuestras vidas, acudimos al Señor a través de la oración? ¿Hemos desarrollado correctamente nuestro itinerario de Fe que hemos recibido en nuestro Bautismo? ¿Estamos conscientes de nuestras responsabilidades como discípulos de JESÚS?

Señor JESÚS, Tú estás siempre en sintonía con El Padre y sin embargo dedicas tiempo a la oración para tomar Tus decisiones. Danos ese Espíritu de contacto íntimo Contigo, para poder ser Tus Testigos en todos los momentos y espacios de nuestras vidas.

Amén

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