Bogotá.-Colombia espera producir 6,06 millones de sacos de café en el primer semestre de este año, para lo cual deberá enfrentar enormes retos relacionados con los contagios por coronavirus en algunas zonas productoras, la vacunación de los cafeteros y la reforma tributaria del Gobierno.

«Capitalizando lo aprendido en 2020, la Federación de Cafeteros afinó esfuerzos para que la cosecha de este primer semestre se pueda recoger sin mayores contratiempos, cuidando siempre la salud y la vida», dijo este jueves en una rueda de prensa el gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Roberto Vélez Vallejo.

Según el gerente, el sector también se enfrenta al desafío de una reforma tributaria que prepara el Gobierno, por lo que se teme que los insumos y la maquinaria sean gravados y esto afecte «directamente el bolsillo de todos».

«Cualquier impuesto sobre los insumos, cualquier incremento de costo en la maquinaria agrícola y cafetera va contra el ingreso del productor», aseguró Vélez Vallejo al aclarar que aunque el gremio recibe la reforma «con mucho recelo», también «entiende que el Gobierno necesita los recursos» para superar la crisis económica generada por la pandemia.

ADAPTARSE A LA PANDEMIA

Para la producción del primer semestre se necesitarán unos 137.500 recolectores, principalmente en departamentos y regiones como Boyacá, Cundinamarca, norte del Huila, Cauca, Nariño, centro y sur de Tolima, que estarán en la cosecha principal.

Pese a los desafíos que impuso la pandemia, la producción de café de Colombia en 2020 fue de 13,9 millones de sacos de 60 kilos, una meta a la que el país espera acercarse o superar este año teniendo en cuenta las lecciones aprendidas el año pasado.

«Vamos a tener que vivir con él (el virus), seguir con nuestra misma campaña de prevención, apoyar el esquema de vacunación; ese es un reto gigantesco», aseguró Vélez Vallejo al analizar los efectos de la temporada de lluvias que no han «favorecido la producción de café».

Vélez Vallejo destacó que un efecto negativo de la pandemia fue el aumento de los costos de transporte y los bienes para la producción, pero explicó que la caída del 1,5 % de la demanda en 2020 no es una cifra por la que el sector se deba preocupar.

«El panorama luce bien hasta el momento, (y alcanzar la meta) tendrá mucho que ver con cómo podemos llegar al cierre de 2021 (…) siendo capaces no solamente de recolectar café, sino de hacerlo de manera sana», aseguró.

OPTIMISTAS A PESAR DE LA CRISIS

Aunque en 2020 hubo un «decrecimiento del consumo del café producto del cierre institucional» por los confinamientos, esa pérdida, según detalló Vélez Vallejo, se «suplió con un mayor consumo en las casas» y una «mayor demanda de café de calidad».

Con este panorama, el sector es optimista y «dado el tamaño de la crisis» económica en todo el mundo, las cifras negativas no son preocupantes, pues los principales indicadores de la caficultura han mantenido tendencias a la mejora.

La productividad media del sector alcanza los 19,8 sacos de café verde por hectárea, lo que ha contribuido a que en los últimos seis años el promedio de cosecha supere los 14,1 millones de sacos.

Colombia, tercer productor mundial del grano por detrás de Brasil y Vietnam, cuenta con más de 600 municipios cafeteros en los que unas 540.000 familias viven del cultivo del grano.

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