EFE
Evitar que toneladas de residuos plásticos lleguen al mar, especialmente en Asia, exigirá soluciones minuciosamente adaptadas a cada contexto, porque lo exitoso en occidente no es siempre replicable al resto del mundo, advierten expertos en un congreso de cambio climático en Singapur.
La mitad del plástico fabricado en el mundo se ha producido en los últimos años. «Tenemos un problema muy serio: ocho millones de plásticos acaban cada año en nuestros océanos», asegura Ann Jeannette Glauber, responsable de acciones medioambientales del Banco Mundial.
Aquí, en Asia, añade, el problema es especialmente grave, porque unos pocos países -China, Indonesia, Tailandia, Vietnam, Filipinas- son responsables de más de la mitad de los vertidos mundiales de plásticos en el mar.
Tan solo una botella de plástico tarda unos 450 años en descomponerse. El 99 % de todo el plástico fabricado en el mundo persiste de alguna manera, quizás en el fondo del océano, lamenta Anjali Acharya, especialista medioambiental también del Banco Mundial.
Otro de los problemas del plástico es que se fabrica con petróleo y emite gases contaminantes de efecto invernadero, lo que exige frenar seriamente su producción para avanzar en la mitigación de la crisis climática mundial.
Ante el impacto medioambiental de este material y sus residuos, algunos países en Asia empiezan a tomar medidas, por ejemplo Indonesia o Tailandia, con la mirada muchas veces puesta sobre otras regiones muy distintas, pero con experiencia de reciclado o reutilización del plástico como parte de sus estrategias de economía circular.
Indonesia se ha marcado el objetivo de elevar el reciclaje un 30 por ciento en cinco años. Este país además empieza a implementar programas locales con el apoyo de autoridades para la recogida de residuos aunque en fases todavía tempranas y asimismo de concienciación para animar a la gente a seleccionar y clasificar sus residuos.
«La gente está preocupada con el plástico en los mares», asegura a Efe Nani Hendiarti, responsable del Gobierno de Indonesia en temas marítimos. De hecho, prosigue, están surgiendo iniciativas con voluntarios que salen a limpiar los mares y llevan los residuos a vertederos, desde donde los gobiernos locales los trasladan a otros permanentes.
Las soluciones aplicadas en un lugar no son siempre transferibles a otro, ni siquiera en un mismo continente o país, insisten los expertos.
Desde el Banco Mundial, se están promoviendo iniciativas junto con socios regionales para innovar en gestión de residuos e invertir en reciclado, trabajando directamente con gobiernos para apoyar políticas innovadoras, iniciativas público privadas, inversiones, tecnologías y regulaciones que conduzcan a un consumo más razonable.
La gestión de los residuos en Asia esta aún en ciernes; Singapur es una excepción, con tres incineradoras punteras altamente eficientes, mientras que en algunos pocos países, como Indonesia o Tailandia, se está mejorando en gestión de basuras, pero todavía falta mucho camino que recorrer.
Así lo explica a Efe Raúl Amérigo, responsable en Asia de la empresa española de gestión de residuos Contenur, establecida en este continente como parte de su ambiciosa expansión por el mundo para distribuir sus servicios y productos, desde contenedores de reciclado más básicos hasta los más especiales, como los soterrados, de carga lateral.
«Nuestra experiencia es que cada país especialmente en Asia tiene distintas políticas. Entre otras iniciativas en esta región estamos promocionando la separación de los productos dependiendo de su composición, porque no existe conciencia de reciclado al menos en el 70 por ciento de estos países aproximadamente», explica el responsable de Contenur.
Muchos residuos «contaminados» con comida son vertidos en los contenedores, pese a que en ese estado -precisa- son inservibles para ser reciclados.
En muchos países asiáticos, como en Filipinas o en China, prosigue, la idea de instalar distintos contenedores para depositar residuos (vidrio, cartón, plástico) como método de reciclaje es considerada por sus responsables y la población como «una locura».
En esos países no conciben la idea de distribuir tantos depósitos en fila en la calle dependiendo del material que se quiera reciclar, como se hace por ejemplo en España, añade. De hecho, los habitantes no clasifican los vertidos y lanzan todo junto, sin separar ningún tipo de basura.
En India, sí tienen contenedores, añade, pero la conciencia de reciclado es muy baja, como en la mayoría de los países en vías de desarrollo, aunque son los que más residuos generan hoy en día, dado que mucha gente tiene un poder adquisitivo que le permite comprar y generar basura.
En Asia, explica Amérigo, cada país tiene regulaciones diferentes. No existe un modelo normativo común, aunque tampoco lo hay a nivel internacional y lo más avanzado sería la UE, aunque asimismo con muchas diferencias entre unos territorios y otros, incluso dentro de una misma nación.
El problema en Asia es «preferentemente de los gobiernos», que en su mayoría no están suficientemente sensibilizados con la gestión de los residuos y el reciclaje, explica el responsable de Contenur.
Además, habría que incorporar en esos países la infraestructura necesaria para la gestión de los residuos: contenedores, camiones, empresas de recogida, junto con las normativas necesarias, y los gobiernos deberían hacerlas cumplir con los mecanismos más oportunos en cada contexto, según Amérigo. EFE
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