Renato Núñez fue el Sumo Pontífice de una ronda eliminatoria en la que se predicó la palabra del poder. Nunca antes, en las 80 temporadas de existencia de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, se conectaron tantos jonrones como en la 2024-2025. Y en ese festival de batazos, el slugger del Magallanes convirtió en rutina lo extraordinario.
Para igualar el récord del circuito de 21 vuelacercas, establecido por Alex Cabrera en la 2013-2014 con los Tiburones, el toletero de los Navegantes fijó una frecuencia jonronera de un bombazo cada 9,05 turnos (tomó 190 en total), rompiendo por poco la marca entre paleadores con 140 veces al bate o menos, impuesta por Yasiel Puig (10 HR/90 VB) la campaña pasada, cuando registró un cuadrangular cada 9,10 VB.
La enorme diferencia estuvo en que, Renato Núñez disputó de principio a fin el calendario regular, haciendo añicos la anterior plusmarca de asiduidad para jugadores que cumplieron con las apariciones legales, en poder del también filibustero Bob Darwin, quien dejó una frecuencia de 10,05 VB en la 1972-1973 (19 HR/188 VB).
“Si soy sincero, hace algunos años pensé en romper este récord de jonrones. Sabía que podía lograr algo así”, admitió el inicialista, minutos después de alcanzar la línea de Cabrera la noche del viernes, en Valencia, con un bambinazo ante el cerrador de los Tigres, Jorgan Cavanerio. “Pasaron las temporadas, y para esta me preparé muy bien. Mi meta era estar saludable, y he podido estarlo para tomar una buena cantidad de turnos”.
La preparación
Durante la zafra 2019 de las Grandes Ligas, Renato Núñez conectó 31 cuadrangulares con los Orioles, una marca personal y también entre criollos en Baltimore, que se mantuvo vigente hasta la reciente refriega, cuando Anthony Santander le superó.
Aquel certamen, el carabobeño estableció una frecuencia de un jonrón cada 17,50 turnos (tuvo 541 VB), por debajo de la media de 2024 (30,01), aunque nada cercano a la que exhibió este curso en la LVBP.
“Renato es muy diligente con su rutina”, precisó Ender Chávez, coach de bateo del Buque. “Hace una serie de swings con un bate especial que tiene y pelotas de tenis, todos los días”.
Ese ejercicio que detalló el instructor, Núñez lo realiza en la malla con una especie de fungo (más corto y ligero que los comunes), mientras Ramón Castro (asistente al coach de bateo), le lanza las pelotas de tenis de costado, o las deja reposar en el tee, para que el recio toletero las golpee.
“Además, realiza sus drills en la máquina, al igual que los ejercicios de front, side y cross toss”, continuó Chávez. “Y también es muy responsable con los balones medicinales antes de comenzar a hacer los swings, porque le ayudan con la parte baja de su cuerpo”.
Esa preparación antes de los juegos, también es vista como un modelo a seguir para sus compañeros.
“Viéndolo todos los días, siento que la clave para que haya tenido esta temporada es la constancia en su rutina”, afirmó Carlos Rodríguez. “También es importante la paciencia que tuvo en el plato porque, obviamente, después de acumular esos números, no le están lanzando de la misma forma. Al principio veía más envíos en la zona, y ahora tiene que esperar más”.
Salir del bache
Como es habitual en toda temporada larga, lo bateadores suelen sumirse, eventualmente, en un letargo ofensivo. Y Renato Núñez no fue la excepción.
Entre el 29 de noviembre y el 13 de diciembre, bateó para magro promedio de .220 (de 41-9), con dos jonrones. Y aunque al comienzo de ese período presentó fatiga en ambas piernas, esa no fue la causa de su bache, de acuerdo con el coach Chávez.
“Parte de ese slump que tuvo fue por el approach que tenía. No estaba siendo tan disciplinado al momento de hacer swing y expandía mucho la zona”, glosó el vigente instructor de bateo campeón de Venezuela y el Caribe. “Eso hizo que fallara los primeros pitcheos, quedara abajo en la cuenta, y lo dominaran. Pero ajustó rápido. Todos ellos son bateadores profesionales y saben lo que deben hacer para recuperar su enfoque”.
Tras disparar un cuadrangular solitario el 14 de diciembre contra Rodrigo Benoit, de los Cardenales de Lara, y poner fin a una sequía de 26 turnos seguidos sin sacarla del parque -la racha adversa más larga de la zafra- Renato Núñez aceleró el paso en la última semana de la ronda regular: disparó tres estacazos de vuelta entera en un lapso de seis careos, para empatar a Cabrera.
Historia de principio a fin
Tan pronto como en el primer juego del certamen, contra Tiburones en el Estadio Universitario, Renato Núñez mostró indicios de que sería una cosecha memorable en su carrera, al convertirse en el primer jugador criollo del Magallanes con dos jonrones o más en el Día Inaugural.
A medida que avanzaba el calendario, no exteriorizaba signos de ansiedad, mientras se hacían más frecuentes las preguntas sobre las marcas que perseguía.
Pero una vez llegó la última semana, cuando se encumbró como el primer jugador del circuito con al menos 20 jonrones y 60 carreras empujadas en una zafra, se hizo inevitable apuntar la mirada en su dirección.
“Es increíble lo que ha hecho Renato Núñez. Como su mánager, me parece asombroso que haya sido Jugador del Mes de manera consecutiva (en octubre y noviembre), y todavía en este punto del año siga dando batazos. Sus números han sido impresionantes desde el primer día. No es fácil ver en esta liga a un jugador haciendo lo que él ha hecho, porque este circuito es fuerte y exigente. Son muchos viajes largos en buses, que es algo que la gente no ve”, comentó el piloto Eduardo Pérez. “Lo increíble es que apenas tiene 30 años de edad”.
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