Nueva Delhi.- Más de 14,7 millones de votantes están llamados a decidir este sábado quién gobernará Nueva Delhi durante los próximos cinco años, una disputa en la que el Partido del Hombre Común (AAP) busca repetir mayoría absoluta gracias a sus políticas sociales frente al discurso más divisorio del partido hinduista BJP.

Los más de 13.000 colegios electorales habilitados abrieron sus puertas a las 8.00 (2.30 GMT), registrando desde el principio largas colas de votantes, lo que augura una alta participación -aunque más baja que en 2015 según los primeros datos oficiales- en una jornada electoral que concluirá a las 18.00 (12.30 GMT).

En un día de temperaturas suaves y cielos despejados, uno de los más madrugadores a la hora de acudir a depositar su voto fue el actual jefe de Gobierno de la capital india, Arvind Kejrival, un antiguo activista anticorrupción que fundó en 2012 el AAP para «cambiar el sistema desde dentro».

«Un llamamiento especial a todas las mujeres, así como tenéis la responsabilidad del hogar, la responsabilidad de la nación y Delhi está con vosotras. Debéis ir a votar y llevar a todos los hombres en vuestras familias con vosotras», apeló Kejriwal en Twitter poco antes de la apertura de los colegios electorales.

El líder de AAP aspira a revalidar el rotundo éxito de los comicios de 2015, donde obtuvo 67 de los 70 escaños en liza, frente los tres de su máximo adversario, el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata (BJP), del primer ministro indio, Narendra Modi.

Los subsidios del AAP al agua, la electricidad o los hospitales, además de la lucha contra la corrupción, son las principales credenciales de este partido de base humilde frente al todopoderoso BJP, que ha criticado a la formación de Kejriwal por agitar supuestamente las protestas en la capital contra políticas impulsadas por el Gobierno central, como la ley de ciudadanía.

La polémica ley, aprobada por el Parlamento indio en diciembre, entró en vigor el pasado 10 de enero y dota con la ciudadanía a los inmigrantes irregulares de Afganistán, Pakistán y Bangladesh que llegaron a la India antes de 2015 y profesan las religiones hindú, cristiana, budista, sij, parsi y jain, excluyendo a los musulmanes.

La ley desató manifestaciones en todo el país, con una veintena de muertos y cientos de detenidos, y de entre todas las protestas, la del barrio delhí Shaheen Bagh se ha convertido en el símbolo de la resistencia, con la sentada de cientos de mujeres que pasan a la intemperie los días y las noches para mostrar su descontento.

Para garantizar el transcurrir pacífico de los comicios, unos 90.000 miembros de las fuerzas de seguridad han sido desplegados durante la jornada en la capital india.

Los resultados de las elecciones se conocerán el próximo 11 de febrero, cuando se realizará el recuento.

 

EFE

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