Dublín.- Los centros de votación de Irlanda abrieron hoy para unas elecciones generales en las que el primer ministro, el democristiano Leo Varadkar, no parte como favorito, a pesar de la buena marcha de la economía y de su exitosa gestión del Brexit.

La jornada electoral arrancó a las 07.00 GMT para que el electorado, de algo más de tres millones, elija entre 516 candidatos a los 160 diputados que formarán la Cámara Baja (Dáil) durante los próximos cinco años.

Los sondeos durante la campaña sitúan a la cabeza – prácticamente empatados – al centrista Fianna Fáil (FF), liderado por Micheál Martin, y al izquierdista Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), si bien ninguno obtendría la mayoría absoluta.

A poca distancia se sitúa el Fine Gael de Varakar, cuyo partido lleva nueve años en el poder, aunque él tomó las riendas del Ejecutivo de Dublín hace tres años, convirtiéndose en el primer jefe de Gobierno abiertamente gay.

Desde los comicios generales de 2016, los democristianos gobiernan en minoría con un grupo de diputados independientes, después de que el FF se comprometió entonces a apoyar los sucesivos presupuestos generales y abstenerse en votaciones clave, como mociones de censura contra el Gobierno.

Martin, como líder de la oposición, ofreció ayuda a su principal rival, partido con el que los centristas se han repartido el poder durante décadas, para que Varadkar pudiera abordar con estabilidad los retos que presenta el Brexit para este país.

El dirigente del FF ha dicho ahora que, si gana estos comicios sin mayoría, aceptaría el mismo tipo de apoyo por parte del FG e, incluso, contemplaría la posibilidad de formar una gran coalición con los democristianos, con él como «taoiseach» (primer ministro).

A pesar de estos llamamientos al entendimiento, ambos políticos se han atacado duramente durante la campaña.

Varadkar ha recordado que el FF fue el responsable de la grave crisis económica de 2010, cuando Irlanda se vio obligada a pedir un rescate a la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El «taoiseach» ha insistido en que su partido fue el encargado de aplicar el duro plan de ajuste de la «troika», pero, una década después, la economía registra la mayor tasa de crecimiento en la UE y se acerca al pleno empleo.

Varadkar también saca pecho por su papel en las negociaciones sobre la salida del Reino Unido del bloque comunitario, tras obtener garantías de Londres y Bruselas para amortiguar el impacto que tendrá este divorcio en Irlanda.

Martin, por su parte, ha alertado sobre las desigualdades que está creando el rápido crecimiento económico irlandés y, de hecho, los problemas que afectan a la sanidad pública o la vivienda han ensombrecido durante la campaña los logros del Gobierno.

Varadkar y Martin sí coinciden en que no formarán coalición con el Sinn Féin, al que aún relacionan con la campaña terrorista que desarrolló su antiguo brazo armado, el IRA, durante el pasado conflicto norirlandés.

También consideran que sus políticas son populistas y podrían dañar a la economía, pero el mensaje antiausteridad de su líder, Mary Lou McDonald, ha calado entre una buena parte de la sociedad irlandesa.

Además, McDonald resulta más atractiva para el electorado que su antecesor en el cargo, el histórico dirigente Gerry Adams, pues representa a una nueva generación de nacionalistas sin vínculos con el IRA.

Los centros de votación cerrarán a las 22.00 horas GMT, pero el recuento de los sufragios procedentes de las 40 circunscripciones irlandesas no comenzará hasta mañana domingo a las 09.00 horas.

Los primeros resultados provisionales podrían conocerse a media tarde, aunque los definitivos podría demorarse durante días, dada la complejidad de sistema electoral irlandés, de transferencia de voto.

 

EFE

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