La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, afirmó este sábado que el mundo tiene «el deber» de garantizar que el plan de paz para Gaza propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sea «un éxito» para la estabilidad en Oriente Medio.
«La paz no se materializa solo cuando se invoca, sino cuando se construye con compromiso, paciencia y valentía», declaró la mandataria durante la celebración del día de San Francisco de Asís.
Meloni, reconocida aliada europea de Trump, hizo un llamado a «no rendirse» ante un contexto en el que, a su juicio, «el diálogo y la diplomacia ya parecen no lograr convencer ni prevalecer», y donde «la fuerza se impone demasiadas veces, sustituyendo al derecho».
“La paz se alcanza colocando un ladrillo tras otro, con la fuerza de la responsabilidad y la eficacia de la sensatez. Eso es lo que deseamos que ocurra ahora en Palestina, esa tierra que San Francisco quiso conocer y que lo marcó profundamente», auguró.
La primera ministra, de tendencia ultraderechista, celebró el plan de paz que Trump ha presentado a Israel y al grupo Hamás para poner fin a más de dos años de bombardeos en Gaza.
Estados europeos
“El plan de paz estadounidense, aprobado por Israel y respaldado por estados europeos, muchos países islámicos y la Autoridad Nacional Palestina, gracias a la mediación de algunos países árabes como Catar, a quienes debemos agradecer, podría ser acogido también por Hamás”, explicó.
Esto, subrayó, «significaría finalmente volver a la paz en Medio Oriente, ver cesar el sufrimiento de la población civil palestina y lograr la liberación de los rehenes israelíes, retenidos desde hace más de dos años».
«Una luz de paz rasga las tinieblas de la guerra. Tenemos el deber de hacer todo lo posible para que esta valiosa y frágil oportunidad tenga éxito», instó.
Meloni afirmó sentirse «orgullosa» del papel de Italia en el diálogo y en la distribución de ayuda humanitaria.
“Lo hemos hecho sin caer en la confrontación frontal que muchos invocan”, reprochó.
Durante su intervención en Asís, donde descansan los restos de San Francisco, patrón de Italia y santo de los pobres, la mandataria fue recibida con algunos abucheos al inicio.
«Recuerdo que San Francisco nos enseñaba el respeto, la escucha y la comprensión recíproca, a entender las razones de los demás», respondió desde el escenario.
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