Washington.- Estados Unidos acude a la cumbre climática COP27 de Egipto para arrancar más compromisos de recortes de emisiones y apoyar a los países a ser más resilientes ante el cambio climático, pero no ve claro el pago de indemnizaciones a las naciones más afectadas por la crisis ambiental.

El presidente estadounidense, Joe Biden, es uno de los más de 70 mandatarios que se reunirán en los próximos días en la ciudad de Sharm el-Sheij, donde abordarán la financiación para la transición ecológica de las economías y limitar el calentamiento del planeta por debajo de los 1,5 grados.

«Los países ricos, incluido Estados Unidos, son los grandes responsables de la crisis climática y por lo tanto tienen que traer un fuerte compromiso y liderazgo a la COP27», dijo a EFE Juan Declet-Barreto, científico ambiental de la organización Union of Concerned Scientists.

RECORTE DE EMISIONES EN EE.UU.

El Gobierno estadounidense está convencido de haber hecho los deberes con la puesta en marcha este año de la Ley para la Reducción de la Inflación, un paquete de medidas económicas y ambientales que prevé reducir en más de un 40 % las emisiones contaminantes del país de aquí a 2030 respecto a los niveles de 2005.

Aunque la Administración de Biden ha demostrado una «fuerte política medioambiental», todavía se apoya demasiado en los combustibles fósiles, dijo a EFE la activista Peggy Shepard, directora de la organización ambientalista We Act.

Pero en una reciente rueda de prensa en Washington, el enviado especial de Biden para el Clima, John Kerry, opinó que la nueva ley «tiene un impacto global porque el mundo ve lo que Estados Unidos está haciendo».

PERSUASIÓN A LOS OTROS PAÍSES

Durante los últimos meses, Kerry ha estado viajando por el mundo en busca de compromisos de los Gobiernos para limitar las emisiones.

Este veterano político estadounidense aseguró que países que representan el 65 % del PIB mundial ya han anunciado medidas ambiciosas en ese sentido, pero advirtió: «No es suficiente. Necesitamos a más gente y a más países».

La temperatura media del planeta ya es 1,1 grados superior al del periodo preindustrial y los expertos estiman que batir los 1,5 grados tendrá efectos catastróficos.

Kerry está convencido de que su trabajo de persuasión dará frutos y en los próximos días otros países asumirán nuevos compromisos, como por ejemplo México, que prepara un «anuncio importante».

Y a pesar de las tensiones políticas, el representante climático de Biden se mostró convencido de que Estados Unidos y China, los mayores contaminadores del mundo, encontrarán vías de cooperación en la cumbre, pues dijo haber sostenido ya conversaciones «constructivas» con Pekín.

«Hay una necesidad muy grande de diplomacia y de cooperación porque esta es una crisis colectiva global», subrayó en este sentido el científico Juan Declet-Barreto.

PROBLEMAS: CRISIS ENERGÉTICA Y DE FINANCIACIÓN

No obstante, el responsable climático de Estados Unidos ha constatado durante sus viajes varios escollos para la transición ecológica.

Uno es la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania. Kerry ha prometido que Washington no es «sordo» ante esta problemática.

Y otro es la «incapacidad» para reunir los recursos necesarios para la transición y la adaptación de los países a los efectos ya irreversibles del cambio climático, admitió Kerry.

La crisis del ambiental, que este año ha dejado por ejemplo graves inundaciones en Pakistán, suele golpear con más fuerza a los países menos responsables de la contaminación.

Sobre esto, la activista Peggy Shepard opinó que «Estados Unidos debe dar ejemplo y ofrecer apoyo técnico y financiero» a los países afectados.

PROMESAS INCUMPLIDAS CON LOS MÁS VULNERABLES

En ese sentido, Biden prometió el año pasado destinar 11.400 millones de dólares anuales para ayudar a las naciones en desarrollo a afrontar la crisis climática.

Pero los países industrializados tienen una «vergonzosa trayectoria histórica» de romper sus promesas de financiación ambiental, advirtió Declet-Barreto.

La comunidad internacional ya ha incumplido el compromiso de reunir anualmente 100.000 millones de dólares para ayudar a los países en vías de desarrollo a hacerse cargo del coste que supone la reducción de sus emisiones.

Es por eso que varias naciones que no son responsables de las emisiones pero que se han visto afectadas por los embates del cambio climático tratarán de articular en la cumbre un mecanismo de indemnizaciones llamado Pérdidas y Daños.

Las naciones industrializadas no ven con buenos ojos la creación de un nuevo fondo, pero Kerry dijo que Estados Unidos abordará el asunto «de buena fe» y pidió discutirlo «de forma colaborativa y no confrontativa».

Eduard Ribas i Admetlla EFE

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