Roma.- La directora italiana Lina Wertmüller, referente del cine del siglo XX en su país y una de las pioneras detrás de las cámaras, falleció hoy a los 93 años de edad, informan medios locales.

Su fallecimiento ha suscitado la reacción inmediata de políticos y de celebridades italianos, que la han recordado en las redes sociales como un icono.

Wertmüller había recibido el premio Óscar honorífico en 2019 por su carrera, en la que constan decenas de títulos como «Mimi metallurgico ferito nell’onore» (1972), todos marcados por una gran sensibilidad, sarcasmo y con títulos largos y llamativos.

La cineasta, uno de los referentes de la segunda mitad del siglo XX, fue la primera mujer en optar al Óscar a la mejor dirección en la historia del premio, en 1977 por «Pastualino settebellezze».

La directora nació en Roma en 1928, en una familia acomodada de orígenes suizos, de ahí su apellido, y durante su juventud empezó a estudiar en la academia de teatro, debutando como directora de espectáculos de marionetas.

En estos años conocería al escenógrafo Enrico Job, con quien se casó en 1988 y adoptó a su única hija, Maria Zullima.

Su debut en el cine se produjo en 1963, como asistente de Federico Fellini en una de sus obras maestras, «8 y medio», y aquel mismo año firmó su primera dirección, «I basilischi», retrato apasionado de una jauría de muchachos del abandonado sur italiano.

Empezaba así la carrera de una de las primeras y más aclamadas directoras de la historia del cine, dotada de una sensibilidad más que original hacia temas sociales y con un rasgo sarcástico, surrealista y grotesco por el que a menudo se la coloca entre las renovadoras de la «comedia a la italiana».

Uno de sus primeros éxitos fue la historia de «Mimì», un obrero siciliano que pierde su trabajo por votar al Partido Comunista, pero que encuentra uno nuevo ayudado por la mafia.

Su filmografía está repleta de títulos enrevesados, largos, casi imposibles de recordar: «Film d’amore e d’anarchia overo: stamattina alle 10 in via dei Fiori nella nota casa di tolleranza…» (1973) o «Fatto di sangue fra due uomini per causa di una vedova. Si sospettano moventi politici» (1978).

Su primer gran triunfo internacional fue con «Pasquelino Settebellezze», protagonizado por el italiano Giancarlo Giannini y por el español Fernando Rey.

Era la historia de supervivencia de un chulesco napolitano, siempre sagaz y oportunista, que lograba superar todo tipo de obstáculo, hasta el campo de concentración nazi.

La película fue un enorme éxito que le valió una nominación a los Globos de Oro y cuatro a los Óscar, como mejor actor, mejor película extranjera, mejor guión original y mejor dirección, este último la primera vez para una mujer.

En 2019 recogió el Óscar honorífico, acompañada por su hija y de las manos de otra de las grandes del cine italiano, Sophia Loren, y dando muestra de su notorio sentido del humor e ironía, propuso poner un nombre femenino al galardón.

 

EFE

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