Madrid.- El corazón de Apep, un sistema estelar bautizado como el dios egipcio del caos en honor a la espiral de polvo que generan sus estrellas, ha sido observado con la máxima resolución posible por un equipo internacional de astrónomos que, por primera vez, ha podido ver la violenta colisión de vientos que alberga en su interior.
La investigación, publicada en la revista Monthly Notices of The Royal Astronomical Society, ha sido liderada por el astrónomo español Benito Marcote, investigador del Joint Institute for VLBI ERIC (JIVE) de Países Bajos.
Para hacer el estudio, los investigadores han utilizado la red australiana de larga base (LBA por sus siglas en inglés) que al combinar los datos de diez radiotelescopios situados en Australia y Nueva Zelanda, logra una resolución que permitiría distinguir un camión en la Luna.
Esta estructura se origina gracias a las dos estrellas de tipo Wolf-Rayet que hay en el interior del sistema, dos astros gigantes que se encuentran en las últimas etapas en su vida, inmediatamente antes de colapsar y explotar en forma de supernova.
El interés en Apep radica en que es, de lejos, el sistema estelar de este tipo más brillante que se conoce en nuestra galaxia.
Para entender el origen de este sorprendente brillo y descubrir qué ocurre en el corazón de esta espiral de polvo, los astrónomos apuntaron los radio telescopios de LBA hacia Apep y descubrieron que ese inusitado brillo se produce debido a un choque extremo producido por la colisión de los vientos de las dos estrellas.
«Las dos estrellas Wolf-Rayet situadas en Apep superan en 20 veces la masa del Sol y muestran vientos que alcanzan millones de kilómetros por hora. Cuando estos dos vientos colisionan producen un choque tan extremo que nunca ha sido observado con anterioridad en nuestra galaxia, y que aparece con forma de banana en nuestras imágenes radio», detalla Marcote.
Las imágenes de esta región donde los dos vientos estelares chocan han permitido a los astrónomos ratificar el comportamiento de los vientos en estrellas del tipo Wolf-Rayet.
Dado que esta etapa en la vida de las estrellas gigantes es muy corta, y rápidamente mueren en forma de una explosión de supernova, los astrónomos han confirmado que este tipo de sistemas debe ser muy poco común en nuestra galaxia.
«Apep es el primer sistema de este tipo que conocemos, y sólo ahora empezamos a entender el comportamiento de estas estrellas y sus vientos, y cómo estas ingentes cantidades de polvo se producen después de que dichos vientos colisionen», explica Joe Callingham, astrónomo de la Universidad de Leiden (Países Bajos), coautor del trabajo y descubridor de este sistema estelar.
Todo este polvo, que es expulsado al espacio siguiendo el movimiento orbital de estas dos estrellas, origina la estructura en espiral observada alrededor de Apep.
Los astrónomos esperan que Apep llegue al final de su vida produciendo un poderoso flash de rayos gamma (comúnmente conocido como estallido de rayos gamma), un evento que hasta ahora sólo se ha observado a distancias muy remota, nunca en nuestra propia galaxia.
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