La crisis por agua en Venezuela se ha agudizado en los últimos años y para la fecha ya no es solo un asunto que afecta al interior del país, pues en la Gran Caracas también ha crecido, y para 2023 se reportaron más restricciones de acceso al agua y los niveles más altos de contaminación reportada por los venezolanos.
De acuerdo al más reciente Informe de Seguimiento de la Crisis Humanitaria en Venezuela de la organización HumanVenezuela, el año pasado hubo «una caída mayor a 60 % de la cantidad de agua distribuida y de 90 % en el funcionamiento de la infraestructura, equipamiento y sistemas de gestión y calidad del agua».
Las restricciones en este servicio aumentaron debido a que creció la duración de los racionamientos que afectaron al 69,1 % de la población. A esto se sumó que 86 % de la población estuvo expuesta a fuentes de agua contaminada, observándose altas señales de contaminación por el color y del agua que los hogares usan.
A falta de saneamiento, subió «el porcentaje de personas en hogares sin acceso a servicios de cloacas y aseo urbano en la comunidad».
Mayores restricciones y más hogares sin agua
Para 2022 y 2023 se incrementó el personaje de venezolanos afectados por restricciones constantes de agua pasando de 66,8 % a 69,1 %. Dentro de este personajes 43,5 % a 45,5 % elevó el porcentaje de quienes sufrieron interrupciones o racionamientos de agua que llega a las viviendas a través de la red de acueductos.
«Un 16,9 % no recibió agua durante dos o más meses o nunca la recibió, 9,9 % la recibió una vez al mes, 8,7 % cada dos semanas y 12,4 % una vez a la semana 49,1 % de las personas utilizaron la poca agua recibida para distintas actividades de higiene del hogar e incluso para la higiene personal y la relacionada con la higiene de los alimentos o de los utensilios para cocinar».
Reducción de ingesta del líquidos
A su vez 33,4 % redujo las cantidades de ingesta de líquidos diarios. Mientras 86 % de la población utilizó fuentes de agua alternativas, teniendo que almacenar en botellones, bidones, además de la contratación de cisternas de agua.
Un 53,7 % transportó el agua a pie, gran parte caminando largas distancias, y 60,2 % la almacenaba en bidones o envases de pequeño tamaño. De 10,7 % a 18,2 %, creció el número de personas que utilizan pozos subterráneos para abastecerse de agua. Gran parte de estos pozos creados inadecuadamente.
«Subió, de 15,9 % a 16,9 %, el uso de las pilas o tomas públicas; de 9,3 % a 12,1 %, el agua recogida en manantiales, ríos o caños; y, de forma muy significativa, la práctica de buscar ayuda en casa de vecinos o familiares, que pasó de 1,9 % a 37,9 %. Con el incremento extraordinario de la frecuencia de lluvias en el país durante casi todo el año, creció además, de 0,9 % a 20,9 %, el uso de la captación de aguas pluviales», expresa el informe.
Además, 55,6 % reportó riesgos de contaminación cerca de donde se abastecen de agua, un 27,7 % por estar al aire libre, 35,8 % por estar presentes residuos sólidos y 9,2 % por estar cerca de sustancias químicas.
Venezolanos se abastecen con agua no apta
Según el informe de HumanVenezuela 86 % de los venezolanos están expuestos a un agua no apta para consumo humano. «Los problemas de contaminación del agua causan enfermedades como las diarreas, que aumentaron de 6,9 % a 9,3 % entre 2022 y 2023», precisaron.
En tanto, en 74,6 % se estimó la cifra de quienes tienen servicios deficientes de recolección de aguas servidas por la red de cloacas y de servicios domésticos o residenciales de aseo urbano en su comunidad.
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