Caracas.-El 15 de enero de 2018 más de 500 funcionarios de los cuerpos de seguridad del Estado tomaron los alrededores de una quinta ubicada en la urbanización El Araguaney, en el kilómetro 16 de El Junquito. Allí, Óscar Pérez, un exfuncionario de la policía científica que se rebeló contra el régimen de Nicolás Maduro, fue asesinado ante los ojos del mundo.

Este hecho dejó en evidencia la verdadera naturaleza de un régimen violador de los derechos humanos: Pérez logró registrar en videos que difundió en redes sociales los intentos fallidos de negociación y los intensos ataques por parte de los agentes del chavismo.

En la llamada Operación Gedeón también participaron colectivos chavistas.

Ese día los venezolanos siguieron minuto a minuto los acontecimientos, incluyendo el momento en el que Óscar Pérez apareció en un video con el rostro ensangrentado mostrando su disposición de entregarse a cambio de que cesaran los disparos.

“Queremos entregarnos y no nos dejan. Tienen orden de matarnos”, dijo cuando se intensificaron los tiros.

Los funcionarios, entonces, atacaron el lugar donde se encontraba Óscar Pérez con un lanzagranadas  y dejaron en ruinas la vivienda.

Entre las personas asesinadas en el ataque estaban los aliados de Pérez: Daniel Enrique Soto Torres, Abraham Israel Agostini Agostini, José Alejandro Díaz Pimentel, Jairo Lugo Ramos, Abraham Lugo Ramos. Además, murieron dos funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana y el colectivo Heyker Vásquez.

Una mujer, posteriormente identificada como Lisbeth Ramírez Mantilla, también fue asesinada.

Continuaron las irregularidades

Tras confirmarse la muerte del exinspector del Cicpc y su grupo, las irregularidades continuaron al momento de entregar los cuerpos. Los familiares pernoctaron a las afueras de la morgue de Bello Monte, donde solo pudieron ver los cadáveres por un momento para identificarlos.

Todos los cuerpos fueron entregados bajo estrictas medidas de seguridad para ser enterrados únicamente en presencia de familiares cercanos.

En el caso de Pérez, Pimentel y Agostini se dijo incluso que podían cremar los cadáveres o enterrarlos en el punto más alto del Cementerio del Este sin que sus allegados se enteraran.

Seis días después de su muerte, Pérez fue sepultado en presencia de su tía y su prima.

Evidencias de ejecución

El 9 de noviembre de 2019 más de 400 fotos del asesinato de Óscar Pérez y su equipo fueron presentadas ante la Corte Penal Internacional. 

“Voy a entregar un centenar de fotografías que confirman que se trata de una ejecución extrajudicial. Se trata de dos causas separadas: la mía por violación de mis derechos humanos en 2017 durante mi secuestro en El Helicoide y la de Óscar Pérez y los suyos. Cuento con el aval de su madre, Aminta Pérez, y de uno de sus familiares más cercanos, que acudirá conmigo a La Haya”, dijo el diputado Wilmer Azuaje en una entrevista al diario El Mundo un mes después.

El medio publicó parte de las fotografías que demuestran que lo ocurrido a Pérez y su grupo fue un crimen de lesa humanidad, aseguró por su parte la fiscal general Luisa Ortega Díaz.

 

Agencia

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