Riga.- El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, alertó este miércoles de la influencia “maligna” de actores extranjeros en los Balcanes Occidentales, región en la que además lamentó que se estén “estancando” las reformas.

“Estamos presenciando acontecimientos preocupantes. Estamos preocupados por la retórica divisoria en Bosnia-Herzegovina. Las tensiones continúan entre Belgrado y Pristina. Las reformas se estancan. Y actores extranjeros han incrementado su influencia maligna”, indicó Stoltenberg.

El político noruego se expresó así en una alocución ante los ministros de Exteriores aliados, que hoy concluyen una reunión de dos días en Riga con la situación en los Balcanes Occidentales en la agenda, entre otros asuntos.

Para ese debate, los ministros invitaron a su encuentro a sus homólogos de Finlandia y Suecia, así como al alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.

“Los Balcanes Occidentales están en el corazón de Europa. Es una región importante para la OTAN y para la Unión Europea”, destacó Stoltenberg.

El secretario general aliado pidió “no olvidar el largo camino que hemos recorrido desde los años 90” en esa región, de la que algunos de sus países incluso han pasado a formar parte de la UE y la OTAN.

“La OTAN y la Unión Europea trabajan juntas estrechamente en beneficio de la región”, recalcó, y puso como ejemplo la colaboración que llevan a cabo “mano a mano” en Kosovo y Bosnia-Herzegovina.

El martes, Stoltenberg había reconocido la “preocupación” de la Alianza por la “retórica inflamatoria” del líder nacionalista serbobosnio, Milorad Dodik, y de la República Srpska, el ente serbio que junto al de musulmanes y croatas conforma Bosnia-Herzegovina.

“Nuestra preocupación en Bosnia-Herzegovina es cualquier intento de socavar las instituciones pluriétnicas y, especialmente, las fuerzas armadas, que es una de las instituciones pluriétnicas más exitosas de Bosnia-Herzegovina”, indicó Stoltenberg entonces, a su llegada al primer día de reuniones de los ministros.

Stoltenberg expresó su inquietud por «el incremento de las tensiones” en el país, dividido en un ente autónomo para los serbios y otro para croatas y musulmanes, insistió.

Por su parte, Borrell señaló igualmente a su llegada hoy a la ministerial su “preocupación» por la situación en Bosnia-Herzegovina, «donde en los últimos días hemos visto tensiones y algunas tentativas de intentar deshacer veintiséis años de paz y estabilidad».

Por ello, reiteró el compromiso comunitario con «la unidad de Bosnia-Herzegovina como un solo país» y pidió «a todo el mundo» hacer «las reformas necesarias para mantener esta unidad y para reformar la ley electoral».

Bosnia ha sufrido recientemente su crisis política más grave desde el fin de la guerra civil en 1995, ante la amenaza del ente serbio de abandonar instituciones comunes, como el Ejército, la autoridad fiscal o el sistema judicial.

El país está integrado por dos entes, la Federación y la República Srpska, y es uno de los estados del mundo con un funcionamiento institucional más complejo.

Con apenas 3,5 millones de habitantes, cuenta con 14 gobiernos regionales, una presidencia tripartita, 14 parlamentos bicamerales y alrededor de 130 ministerios y consejerías.

 

EFE

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