Bruselas.- El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, subrayó este miércoles que “cualquier agresión futura rusa” tendrá “un alto precio” y “consecuencias políticas y económicas graves” para Moscú.

El político se expresó en ese sentido tras reunirse con el primer ministro de Georgia, Irakli Garibashvili, con quien trató “la situación de seguridad en la región, incluida la concentración militar de Rusia en y alrededor de Ucrania, y su actividad desestabilizadora en el área del mar Negro”.

“Estamos de acuerdo en la necesidad de permanecer vigilantes y evitar la escalada. Cualquier futura agresión rusa tendría un alto precio y graves consecuencias políticas y económicas para Rusia”, declaró Stoltenberg durante una comparecencia ante la prensa junto al primer ministro georgiano.

En la cumbre de líderes de la Alianza celebrada en 2008 en Bucarest, la organización prometió a Georgia y Ucrania que podrían convertirse en miembros de la OTAN en el futuro, una posibilidad que Rusia no ve con buenos ojos.

Sin embargo, Stoltenberg aseguró que Georgia y Ucrania tienen “el derecho a elegir sus propias alianzas”.

“Rusia no tiene derecho a dictar esa elección. Rechazamos cualquier idea de esferas de influencia en Europa, son parte de la historia y deberían seguir siendo parte de la historia”, aseveró el ex primer ministro noruego.

Rusia ha incrementado su presencia militar junto a la frontera ucraniana por segunda vez este año y pide garantías de seguridad vinculantes para evitar que la OTAN se amplíe más al este y coloque su infraestructura militar en territorio ucraniano y otros Estados vecinos.

De hecho, Moscú exige a la OTAN que retire las promesas hechas en 2008 a Georgia y Ucrania de que serán admitidas en la Alianza Atlántica, una de las líneas rojas del Kremlin.

Este miércoles, Stoltenberg también insistió en que Rusia deje de reconocer las regiones georgianas separatistas de Abjasia y Osetia del Sur y en que retire sus fuerzas de la zona.

En cualquier caso, instó al primer ministro georgiano a trabajar con la oposición en su país para “resolver las diferencias políticas y reducir la retórica y acciones polarizadoras”.

Por su parte, el primer ministro georgiano, Irakli Garibashvili, recalcó que convertirse en miembro de la OTAN es una “máxima prioridad de la política exterior y de seguridad” de su país y aseguró que esa posición “la apoyan la absoluta mayoría de la población”.

“Georgia ha logrado un progreso significativo en su rumbo de integración euroatlántica y creemos que ha llegado el momento de avanzar en el proceso de integración y tomar decisiones políticas concretas. Este será un mensaje clave para países aspirantes de que el compromiso, la dedicación y el trabajo duro dan resultados”, comentó.

Subrayó que el país está trabajando “de forma estrecha” con la Alianza “para elaborar una visión clara de la integración final de Georgia en la OTAN”.

“Cada Estado tiene el derecho soberano de elegir su propio rumbo en la política exterior. Esta decisión es la piedra angular en la que se basa el proceso para que Georgia sea miembro de la OTAN”, expuso, y añadió que la entrada del país en la Alianza “es tan relevante para Georgia como para la OTAN”.

 

EFE

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