Caracas.- El Hospital Oncológico Luis Razetti es parte de la larga lista de hospitales de nuestro país que no tiene las condiciones mínimas para sus pacientes.
Personal de salud trabaja por amor a sus pacientes y al hospital.
Así nos describe Wendy Vargas, camarera del hospital, las razones por las que continúa trabajando aquí a pesar de las precarias condiciones.
Paredes desgastadas, desechos médicos por los alrededores y dentro del lugar, gatos y animales carroñeros en las instalaciones; así es el Luis Razetti por dentro, un lugar no apto para pacientes.
La falta de agua, aire acondicionado, insumos y carencia de médicos son unos de los problemas más agudos y persistentes de este hospital.
Los enfermos señalan que gran parte de los equipos están dañados y no hay reactivos en el laboratorio para realizar los exámenes que requieren.
Temen perder la lucha contra la enfermedad por las pésimas condiciones del lugar.
Por la falta de agua potable y productos de limpieza, los cuartos de baño se han convertido en un foco de infección para los pacientes, que además invaden los espacios con malos olores.
Personal de salud trabajan en condiciones extremas
«Usamos un par de guantes toda la mañana y el tapabocas nos lo dan interdiario» resalta Wendy, mientras recorremos el hospital entre escombros, desechos médicos y camillas abandonadas.
Adiciona a esto el personal de limpieza está escaso, pacientes colaboran con productos de limpieza, así como material de aseo para el personal que lo asiste.
Caminar por un hospital de Venezuela es encontrarse con la realidad sin filtros, de frente y con su cara más dura.
Ir por los pasillos y encontrar pacientes acostados en el piso, sillas abandonadas y personal sin poder hacer nada, deja una sensación amarga y hace preguntar si así es como se ven los hospitales en zonas de guerra.
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