Islamabad.- Pakistán aseguró este jueves que ha fortificado su frontera de 2.640 kilómetros con Afganistán con la construcción de nuevos fuertes y la casi finalización de una valla con el país vecino, un anuncio que se produce en medio de la posible crisis de refugiados afganos con la toma de poder de los talibanes.

«Estamos listos para cualquier desafío», dijo el militar, quien añadió que se han levantado 388 nuevos fuertes y que otros 55 se construirán antes de fin de año.

Majeed indicó que se ha completado el 98 % de los 827 kilómetros de valla que se han planeado levantar a lo largo de los 2.640 kilómetros de frontera con Afganistán.

La valla se ha instalado sobre todo en zonas de difícil acceso, como acantilados y montañas, y su pico más alto se encuentra a 7.500 metros.

Afganistán no reconoce la frontera, conocida como la Línea Durand y creada tras un acuerdo entre los británicos y Kabul en el siglo XIX, una disputa que Islamabad no logró resolver con los talibanes cuando ocuparon el poder en los años 90.

El muro contará además con drones y cámaras para evitar la entrada de insurgentes del principal grupo talibán del país, el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), pero también de refugiados.

Cuando comenzó la construcción de la valla en abril de 2017, Pakistán permitía la entrada y salida de peatones al país sin ninguna restricción ni verificación de visado.

Una situación que ha cambiado radicalmente en los últimos años y especialmente desde que los talibanes tomaron el poder en Kabul a mediados de agosto.

Los altos cargos del Gobierno de Pakistán y del todopoderoso Ejército repiten sin cesar que ningún refugiado afgano entrará en suelo paquistaní dado que el país ya acoge a millones de personas del otro lado de la frontera.

Islamabad solo está permitiendo la entrada de afganos con visados médicos o aquellos que trabajan con organizaciones internacionales y que son evacuados.

Pakistán alberga a 1,4 millones de afganos registrados legalmente y se estima que a cerca de otro millón en situación ilegal, una de las comunidades de desplazados más grandes y antiguas del mundo que comenzó a llegar a territorio paquistaní con la invasión soviética en 1979.

Esa postura choca con la Unión Europea, que quiere que los afganos permanezcan en países fronterizos con Afganistán y así evitar que lleguen a suelo europeo.

 

EFE

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