El papa lamentó este jueves los estragos del gran incendio ocurrido en Grecia y aseguró rezar por las víctimas y heridos de esta catástrofe que ha causado «penurias terribles» a nivel humano, material y medioambiental.
«Mi pensamiento se dirige a Grecia, que en los últimos días ha estado combatiendo un incendio muy grave al noreste de Atenas», dijo el pontífice en la plaza San Pedro el término del rezo del Ángelus de este jueves, en motivo de la Solemnidad de la Asunción de la Virgen.
El papa lamentó que «decenas de miles de personas ya han sido evacuadas, muchas familias se han quedado sin hogar» y «miles de personas tienen que afrontar penurias terribles».
También se mostró entristecido por «los inmensos daños materiales» y el «desastre medioambiental» que se está creando.
«Rezo por las víctimas y los heridos y aseguro mi cercanía a quienes se ven afectados por este grave acontecimiento, confiando en que podrán ser sostenidos por la solidaridad común», agregó el papa.
Se trató del peor incendio forestal del año en Grecia, que quemó unas 10.000 hectáreas cerca de Atenas y los bomberos han acabado de dar por controlado recientemente, tras declararse el domingo.
El gran incendio fue en la región de Ática, en las afueras de Atenas. Atizado por fuertes vientos, se propagó rápidamente hasta llegar al tejido urbano de la capital, causando la muerte de una persona y mucha destrucción.
Decenas de miles de personas tuvieron que abandonar sus hogares ante el rápido avance de las llamas, que quemaron casas, tiendas y automóviles, además de cultivos y vegetación.
Nunca antes un incendio forestal se había acercado tanto al tejido urbano de Atenas, ciudad que quedó bajo un denso humo.
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