Roma, Italia. La llegada del portugués José “Mou” Mourinho al banquillo del Roma la pasada temporada ya supuso una bocanada de aire fresco para un equipo relegado al ostracismo durante la última década, incapaz de competir con sus históricos rivales y lejos de su mejor nivel; pero lo que terminó la pasada campaña en ilusión, puede convertirse en realidad durante la que iniciará este fin de semana.
Con el recuerdo todavía reciente de la Liga Conferencia levantada en Tirana (Albania), el primer título europeo en 61 años para el club y una noche histórica en la capital italiana, el Roma no ha dejado de trabajar en silencio para reforzarse en el mercado veraniego y seguir en su línea ascendente.
De la mano de un Mourinho
La dirección deportiva del club ‘giallorossi’, de la mano de un Mourinho que ha dejado bien claras sus preferencias y que ha intervenido directamente en la consecución de los tres fichajes más relevantes, ha conseguido reforzar prácticamente todas las líneas al tiempo que ha ilusionado a su afición.
El primero en llegar fue Nemanja Matic, petición expresa del técnico luso. Reforzar el centro del campo era urgente tras las marchas de Sergio Oliveira y Henrikh Mhkitaryan, y Matic, al que conoce de su etapa en el Manchester United, cumple a la perfección con ese perfil que busca Mou de jugador experimentado, con liderazgo, perfecto para dar equilibrio y que interprete con facilidad lo que le pide.
Para completar la medular, llegó la pasada semana Georginio Wijnaldum. Tras una temporada gris se quedó sin hueco en el PSG y Mourinho le convenció para unirse al proyecto romano.
Dybala: el golpe de efecto
Pero el golpe de efecto del mercado estival del Roma fue Paulo Dybala. Con las negociaciones con el Inter de Milán paradas, y después de que sonaran nombres como el Atlético de Madrid o el Sevilla como nuevo destino para el argentino, apareció de nuevo Mourinho como pieza clave para hacerse con los servicios de la ‘Joya’, recibido con honores de superestrella en su nueva ciudad.
Además, aunque no sea un fichaje, ya se ha recuperado completamente el lateral Spinazzola, del que se espera vuelva a ocupar el carril izquierdo en la ya asentada línea defensiva de cinco.
Y es que con las nuevas incorporaciones, el Roma tiene todo lo necesario para terminar la temporada como mínimo, en Liga de Campeones, al tiempo que lucha por la Liga Europa. Así lo demostró este domingo ante el Shakhtar Donetsk, en el último amistoso de la pretemporada, al que goleó por 5-0 en casa, ante una afición rendida.
Más de 65 mil almas auparon a “La Loba”
Más de 65.000 gargantas acudieron al último test antes de que comience la Serie A. Era la primera oportunidad de comprobar si el cóctel de Mou funcionaba, una mezcla entre los cimientos de la pasada temporada y los nuevos detalles que irá incorporando poco a poco en su esquema.
El estreno en el Olímpico fue como la seda. Portería a cero y mucho más que entendimiento en la zona de tres cuartos, donde el setubalense alineó todo su arsenal en forma de calidad: Dybala, Pellegrini, Abraham y Zaniolo. No tardaron en compenetrarse y hacerse dueños del partido al son de una grada que no dejó de animar.
‘La Loba’ parece haber entrado definitivamente en una dinámica positiva de la que parece, al menos por ahora, no están dispuestos a abandonar. Ni el cuerpo técnico, ni los jugadores, ni, sobre todo, la afición, entregada a su equipo, en perfecta comunión y sintonía con jugadores y banquillo, a los que parece todo les viene de cara.
Terminar la temporada con un título, la primera Liga Conferencia de la historia, el primer galardón europeo del club en 61 años, fue el primer paso para la vuelta del Roma.
Ahora, con este mercado de fichajes -en el que todavía puede llegar Andrea Belotti como delantero- y la buena pretemporada, los ‘giallorossi’ asustan al resto de equipos italianos que, exceptuando al Milan, han tenido un reencuentro con el esférico decepcionante.
EFE noticias
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