La parroquia Cachamay, en el municipio Caroní del estado Bolívar, se convirtió en un ejemplo de civismo y solidaridad durante las elecciones presidenciales celebradas este domingo 28 de julio de 2024. En un recorrido exhaustivo hecho por el equipo de Nueva Prensa Digital, se pudo apreciar una notable cohesión entre los ciudadanos, quienes se organizaron meticulosamente para garantizar que cada elector tuviera la oportunidad de participar en este crucial acto democrático.
Desde tempranas horas de la mañana, la jornada electoral en Cachamay se caracterizó por la tranquilidad y la colaboración. Los centros de votación, como la Escuela Básica Guayana en Villa Brasil, el Colegio Diego de Ordaz I, Colegio Nazaret, Casa Comunal Villa Colombia, se convirtieron en puntos de encuentro no solo para ejercer el derecho al voto, sino también para evidenciar el espíritu fraternal de una comunidad unida por un propósito común.
Reinaldo Ramírez, coordinador del centro de votación en la Escuela Básica Guayana, con el funcionamiento de dos mesas y 1.500 electores, describió el proceso con una mezcla de pragmatismo y optimismo. “Iniciamos la instalación de la mesa a las 4:30 de la mañana. Aunque enfrentamos algunas dificultades técnicas con el programa del CNE, logramos superar los obstáculos con el esfuerzo conjunto de todos los presentes”, explicó Ramírez. A pesar de los desafíos, el equipo se mantuvo firme y positivo, destacando el apoyo de los testigos y miembros de mesa que, aunque faltaron algunos, fueron reemplazados eficazmente para no interrumpir la jornada.
La organización fue otra de las notas sobresalientes. Los ciudadanos de Cachamay se coordinaron para asegurar el transporte y la provisión de agua y refrigerios, manteniendo a los electores hidratados y alimentados mientras esperaban su turno para votar. Esta solidaridad comunitaria contrastó con las preocupaciones que surgieron por la presencia de la Policía del Estado Bolívar en los centros de votación, una acción que algunos consideraron innecesaria, ya que no son parte del Plan República.
A lo largo de la jornada, las entrevistas a ciudadanos revelaron una experiencia mayormente positiva. Dos mujeres de la tercera edad compartieron sus impresiones con calidez y satisfacción. “Llegué temprano, primero fui a misa y luego vine a votar. La organización ha sido excelente y no duramos mucho en la cola. El trato del Plan República ha sido muy bueno”, relató una de ellas, resaltando el ambiente de respeto y eficiencia.
En el centro de votación Diego de Ordaz I, el coordinador Julián González también comentó sobre el buen desarrollo de la jornada. «Abrimos el centro a las 5 de la mañana con todos los miembros y testigos de mesa. Todo ha transcurrido con normalidad. Hemos dado prioridad a los abuelos, discapacitados y embarazadas, y no hemos tenido problemas significativos», afirmó González.
Cabe destacar que ese centro de votación contó con el funcionamiento de cuatro mesas para 3.444 electores. La atención a las personas con necesidades especiales y la ausencia de incidencias importantes reflejaron el compromiso de los organizadores y de la comunidad en general para hacer de este día un modelo de orden y civismo.
Tensa calma al caer la tarde
No obstante, el ambiente en los centros de votación experimentó un cambio notorio hacia la tarde-noche. Ante la disminución de la afluencia de votantes y la ausencia de colas antes de las 6 de la tarde, los centros se llenaron de ciudadanos que se acercaron para presenciar el escrutinio de las mesas seleccionadas. Este momento, que en teoría debería haber sido una transición tranquila hacia el final de la jornada, se tornó en una fuente de tensión.
“No pueden transmitir las actas hasta que entren los testigos y verifiquen”, comentó un ciudadano que esperaba ingresar al centro electoral EB Guayana, para ver el proceso de conteo de votos.
«Un guardia nos dijo que no nos iban a dejar entrar. No quieren entregar la copia de las actas a los testigos electorales, que es un derecho, que está en la ley; nosotros podemos entrar a hacer el escrutinio público, por eso estamos acá, esperando. Es ilegal», recalcó una ciudadana que también esperaba en el centro antes mencionado para presenciar el escrutinio público.
El retraso en el cierre de los centros de votación, causado por la dilatación de los procedimientos por parte de los efectivos del Plan República, encendió la inquietud entre los presentes. Aunque la espera era comprensible en contextos de alta afluencia, la situación generó un ambiente de frustración entre los ciudadanos que, al ver que el proceso no avanzaba con la celeridad esperada, comenzaron a expresar su descontento.
El mismo escenario se repitió en centros como la Escuela Básica Puerto Ordaz, en Villa Brasil, Casa Comunal en Villa Colombia, Diego de Ordaz I y Colegio Nazaret.
Aun así, la parroquia Cachamay demostró que, a pesar de los desafíos inherentes a cualquier proceso electoral, el compromiso cívico y la solidaridad pueden transformar la jornada en una experiencia positiva y ejemplar. El comportamiento respetuoso de los ciudadanos y las autoridades, junto con la eficiente organización, dejaron una huella imborrable en esta importante fecha para Venezuela. La elección presidencial se vivió en Cachamay como una celebración de la democracia y del espíritu comunitario.
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