“En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?» Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: «Médico, cúrate a ti mismo»; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm.» Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.» Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba”.

Reflexión hecha por: Luis Perdomo. Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela

La Iglesia universal, celebra hoy, la fiesta entre otros santos en honor a San Santa Rosalía de Palermo, Virgen dedicada a la oración y a la penitencia en Palermo, Isla de Sicilia. Desde muy joven su generosidad y piedad eran reconocidas y admiradas por la población de Sicilia. Es una santa muy popular, ya que se le invoca en contra de las pestes. En Venezuela se le tiene gran consideración, porque durante el período colonial muchas parroquias fueron puestas bajo su intersección.

Y en la liturgia diaria meditamos los textos de: 1Ts 5,1-6.9-11; Sal 26 y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Lucas capítulo 4, del verso 16 al 30. En el que JESÚS, va a la Sinagoga de Nazaret, y después de leer el libro de Isaías, le explica al pueblo que en Él se cumple lo que está escrito en el pasaje que acaba de proclamar. Ya que el Espíritu Santo lo ha Ungido para cumplir Su Misión de Mesías, llevando a los pobres la Buena Noticia de que DIOS otorga la liberación y el perdón de los pecados para todos.

Muy pertinente es señalar que el Evangelista para presentar la relectura del libro de Isaías omite la parte que se refiere “al día de la Venganza de nuestro DIOS” (Is 62,2), porque el tiempo de JESÚS, es tiempo de Misericordia y no de Venganza. Además de eso le añade dos promesas más, de otros capítulos del libro: “DIOS dará la vista a los ciegos” (Is 42,7) y “la libertad a los oprimidos” (Is 58,6). El Evangelista también hace una relectura del poema del Siervo del Señor, descrito: “como mi elegido”, en que DIOS se complace, porque “he puesto en Él mi Espíritu” (Is 42,1). Profecía que se cumple en JESÚS, que ha sido Ungido en el Bautismo y en Quien DIOS se Complace (Lc 3,22), como Rey para decretar “el año de la Gracia”, es decir “el año del Jubileo” (Lv 25,8-17).

Y con los ejemplos de lo que hicieron los Profetas Elías y Eliseo, JESÚS quiere mostrar que la Salvación está destinada a toda la humanidad y no solo al pueblo de Israel, ejemplos que suscitan una indignación en los presentes, al punto de quererlo matar. Hecho que marca el destino de JESÚS que al igual que todos los Profetas fueron martirizados por decir la VERDAD.

Al confrontarnos con el texto y ver que JESÚS no fue bien recibido por sus contemporáneos, nos damos cuenta que el rechazo y la persecución forman parte de las amenazas que rodean al discipulado cristiano. Y ese coraje de JESÚS, que a pesar de todos los obstáculos que se le presentaron, llevo hasta las últimas consecuencias la Misión que le había encargado el PADRE, debe de ser un ejemplo constante para Sus seguidores de todos los tiempos, que les corresponda desarrollar su Misión en situaciones conflictivas y en entornos adversos.

Por eso es que tenemos que asumir de este texto, que es el eje la labor Misionera de JESÚS, algunos criterios prácticos para la ejecución de nuestra labor Misionera: lo primero:  es conocer la realidad local, para ubicar el Anuncio; segundo: el Anuncio de la Buena Noticia, tiene que tener destinatarios precisos: los ciegos, los menesterosos, los excluidos, los oprimidos, los presos, los explotados; tercero: superar el discurso para hacer realidad el Anuncio con el Testimonio de vida; y cuarto: asumir con valentía las consecuencias de este programa profético.

Señor JESÚS, te pedimos encarecidamente que renueves en nosotros la Gracia de Tu Espíritu Santo, para poder llevar a cabalidad nuestra Misión de ser Mensajeros de Tu Justicia y Tu Misericordia a todos nuestros semejantes.

Amén

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