México.- Familiares y amigos de la actriz y cantante venezolana Marisela Berti han hecho un dramático llamado solicitando ayuda a fin de conseguir donadores de sangre luego de que la actriz que participara en telenovelas como La usurpadora, Sacrificio de mujer, y más recientemente El señor de los cielos, sufriera un derrame cerebral y quedara en coma.

En Facebook Néstor Sánchez Astro compartió un mensaje informando que la actriz nacida en Maracaibo y actual residente en Ciudad de México, se encuentra ingresada en el Hospital Ángeles del Pedregal, al sur de la capital mexicana.

Por su parte, el periodista puertorriqueño Roberto Matos Rivera dijo en redes que la actriz de 71 años sufrió un derrame cerebral el pasado sábado. «Le iban a hacer una cirugía para sacarle unos coágulos de sangre de la cabeza, estaba sedada y se encuentra en estado de coma», aseguró.

A principios de enero la actriz compartió esta foto para desearle feliz cumpleaños a su nieta

Según múltiples fuentes, la actriz residió durante un tiempo en Puerto Rico tras contraer nupcias con el cantante y actor puertorriqueño Chucho Avellanet

“Perdí las ganas de vivir”

“Mi regreso a la actuación es un intento por conseguirle un gusto a la vida. Nunca pensé hacerlo, lo hago casi como un ejercicio para que me vuelvan las ganas de vivir”, expresa una atribulada Marisela Berti a casi dos años de la muerte de su pareja, el director cinematográfico Mauricio Walerstein, un triste episodio del cual no se repone.

“Quedé en shock, en un limbo, fue muy fuerte. Aún no me recupero, fueron 26 años juntos. No puedo describir cómo me siento. Vivo mi día a día haciendo todas las tareas, las cosas normales que hay que hacer, pero sin ganas. Tengo que recuperar mi existencia, volver a ser la mujer que siempre fui”.

Su retorno a la actuación será nada menos que en El señor de los cielos, la serie más exitosa de Telemundo Internacional, que ha roto records de audiencia, no solamente en México y Estados Unidos, sino también en buena parte de Hispanoamérica. Lo hará en la sexta temporada, grabándose actualmente en el país azteca. El escritor es el venezolano Luis Zelkowicz, gran amigo de la actriz, quien escribió un personaje especialmente para ella para animarla a salir del bajón anímico en el cual se encuentra.

Aclara que Telemundo Internacional le exige que no hable mucho al respecto, pues allí son muy celosos con sus producciones y se cuidan de no ofrecer detalles antes de que salgan al aire. Apenas puede avanzar algunos rasgos, que sugieren lo interesante del rol que tendrá a su cargo en términos de riqueza histriónica. 

-Mi personaje se llama Edith Guzmán, en honor a la periodista venezolana del mismo nombre, muy buena amiga mía y del autor de la historia desde hace muchos años. Es un pequeño homenaje a una amistad solidaria y consecuente. Hago de una abogada que se desempeña como embajadora de Venezuela en México; chavista, por supuesto. No tengo que redundar más en todo lo que puede ser ese personaje y su desarrollo.

 Aunque revela que Luis Zelkowicz escribió este papel especialmente para ella (“por un acto de amor hacia mí, para ayudarme a salir de este hoyo”), tuvo que hacer casting.

-Las cosas en México son diferentes; seas importante o no, tienes que hacerlo, y más yo, que soy una desconocida aquí. En Venezuela lo tenía más fácil, eran otros tiempos, tenía un contrato de exclusividad con Radio Caracas Televisión. Era una artista de quince y último, trabajara o no”.

Una triste historia

Durante el año y medio que duró la enfermedad de su esposo, relata que se dedicó a cuidarlo a tiempo completo. “Le hacía todo, me dediqué a eso. No sé de dónde saqué tanta fortaleza. No podía permitirme que me viera derrumbada, por eso me automaticé, actuaba como una máquina. Nunca me sentí cansada, nada me dolía, estuve 17 noches sin dormir en una de sus gravedades. Cuando alguien así se te va, te quedas sin fuerza. Todos esos recuerdos son como heridas abiertas. Estoy agotada”.

Recuerda que el primer síntoma de la enfermedad de Mauricio fue un dolor de pierna que le sobrevino en 2015. “Cuando lo llevé al hospital y luego de que le hicieran varias evaluaciones, me dijeron que tenía un mieloma múltiple y que no había nada que hacer. A partir de allí, mi vida cambió. Me activé para que nunca le faltara nada. Tuvo altibajos, recaídas, pero nunca se quejó. Hasta que llegó el momento en que se puso muy mal, lo trasladaron a terapia intensiva y le indujeron un coma de cuatro días, luego de lo cual murió. Tuvo una muerte digna, siempre conmigo a su lado. Decía ‘qué suerte tengo de tenerte’. Se fue lleno de amor. Nunca se sintió solo”.

Su vida desde entonces la compara con una montaña rusa, llena de subidas y bajadas. “Cuando creo que estoy bien, entonces viene repentinamente un bajón emocional; luego me siento mejor, pero después siento que caigo como en un hueco y vuelta a empezar. No pensé que esto me iba a devastar tanto. Hago cursos de todo, fui a una psicóloga, no estoy acostada mirando al techo. Pero tengo poca concentración. Leo y no termino lo que empecé, y eso que me encanta leer. Me gusta escribir y tampoco puedo hacerlo, pues siento que allí me voy a desbordar”.

En México, el país natal de Mauricio, a donde ambos decidieron irse a vivir hace casi quince años, vive con su hijo menor, Alejandro.

-Tiene 25 años y es un muchacho con mucha estructura. Escribió una obra de suspenso para un micro teatro que dirigió y protagonizó. Hacía de un asesino en serie y ha mostrado un potencial increíble, que no conocía, pero creo que se irá más hacia la escritura y la dirección. Se graduó de actor y dos meses después estaba en El señor de los cielos, la serie de más éxito en la televisión. Entró por la puerta grande. Además de talento, ha tenido mucha suerte.

De su hijo mayor, Luis Armando, fruto de su matrimonio con el cantante Chucho Avellanet, dice que reside en Puerto Rico y que le ha dado “una nieta preciosa que se llama Sofía”.

Enigmático futuro

La semana que viene arrancan las grabaciones del personaje que interpretará en El señor de los cielos. El día que conversamos telefónicamente con ella, acababa de regresar de las pruebas de vestuario y maquillaje.

-Quedé más que satisfecha, entendieron el personaje. En Telemundo Internacional ha sido fantástico el trato recibido, a pesar de ser una desconocida para ellos. Volver a actuar creo que me ocupará el cuerpo y la mente. Me va a recordar que antes de Mauricio yo tuve una vida (se le quiebra la voz, como en varios otros momentos de la entrevista). Es muy fuerte, pero estoy intentándolo.

¿Cuánto tiempo estarás trabajando?

-Serán tres o cuatro meses de arduo trabajo. Todo se hace en México. Es el proyecto estrella de Telemundo Internacional, todo un éxito de Luis Zelkowicz, no en balde es el escritor favorito de la cadena, el autor de sus producciones más ambiciosas. La empresa productora de aquí es Argos, la misma de Nada personal, la telenovela que en los 90 hizo Alberto Barrera Tyszka, donde actuó Lupita Ferrer.

­­¿Desde cuándo no vienes a Venezuela?

-Desde hace seis años, cuando fui a hacer High, una obra de teatro producida y dirigida por Luis Fernández. Pero luego me compliqué y tuve que regresar a México, después vino la enfermedad de Mauricio y todo quedó allí.

¿Este retorno a la actuación pudiera ser definitivo?

-Si me va bien en El señor de los cielos y yo logro superar este bajón, seguiré en la actuación. Tengo un compromiso moral con Mimí Lazo y Luis Fernández. Les he dicho que si hago algo en teatro será con ellos. Hay gente a la que le debo muchas cosas y voy a comenzar a saldar cuentas. No olvidaré que fueron ellos, Mimí y Luis, los primeros que me pidieron que regresara. Me propusieron inclusive escribir un monólogo e interpretarlo. Este regreso, de concretarse bien, puede ser el comienzo de muchas cosas.

Buenos recuerdos

“Mi última actuación en telenovelas fue en Dulce ilusión, de Mariela Romero, que hice en RCTV hace 24 años. Mi hijo Alejandro tenía entonces 1 año y ahora tiene 25. La vida me ha regalado la dicha de volver a actuar y trabajar con él en El señor de los cielos”

Candela Benítez, en Señora, es el personaje más agradecido que he hecho. Todavía la gente lo recuerda después de 27 años, así como a su frase más célebre: “¡Qué momento!”. Le debo a mi amigo José Ignacio Cabrujas la oportunidad de hacer el papel de mi vida.

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